Airbag entregó un show atronador en Metropolitano

Guitarras distorsionadas, voces metálicas y una madurez artística cada vez más sólida. Durante casi dos horas y media, los tres hermanos Sardeli impactaron a sus fans proponiendo un setlist alejado de sus primeros hits con una imponente puesta en escena de nivel internacional.

La “airbagmanía” colmó cada rincón de Metropolitano para un espectáculo que prometía detonar a la ciudad desde el primer acorde. Apenas pasadas las 21 horas, los primeros guiños de la guitarra desataron alaridos para encender la escena con “Jinetes cromados” del reciente álbum Al parecer todo ha sido una trampa, en la voz de Guido que ha ganado terreno en voz líder y tomó apenas un poco distancia de sus jóvenes inicios con la batería. Pato se sumó en “Tu locura”, logrando un brote colorido luego del halo sombrío del tema anterior.

Llamaradas de humo de una punta a la otra del escenario tanto en el primer tema como en varias canciones, una pantalla led inmensa que transmitía cada detalle del recital al frente del escenario y un espectáculo de luces que reforzaban la cuidada propuesta estética. Sonaron “Perdido”, “Pensamientos” y un fragmento de “Multitud” dio paso a la crudeza de “Intoxicarme”. Un ápice de emotividad de la mano de un buen lento nunca viene nunca mal para oxigenar y llevar al público a desandar diferentes emociones, “Va a ser difícil olvidar” logró ese cometido. Prolongados solos de guitarra dieron clímax precediendo varias canciones a modo de intro, así ocurrió con “Vivamos el momento” y las canciones que siguieron. Con máscaras de calavera interpretaron la metalera “Huracán”, dando paso a una de las más coreadas de la noche: “Cae el sol”, cuyo estribillo se extendió como amerita cuando un buen hit en directo. Luego Guido en clave acústica con guitarra en mano cantó “Sacrificios” y “Todo pasa”, ambas de Libertad.

Airbag tiene el coraje suficiente para brindar un show sin estar condicionados por aquellos mega éxitos radiales de antaño como “Amor de verano”, “Ya no recuerdo” o “Quiero estar contigo”, que hace ya mucho tiempo que no suenan en vivo, y tampoco es necesario. Sonaron temas bailables como “Noches de insomnio” y otras perlas más recientes y no tan escuchadas como “La moda del montón” y “Cuchillos Guantanamera” que fueron celebradas por el eufórico público de principio a fin. Guido se apoderó del piano de cola para una versión a lo Axl Rose de la balada “Diez día después”, que arrancó mas de una lagrima. Para elevar la potencia Pato irrumpió con guitarra doble para una sentida introducción que desembocó en “Cicatrices”, que produce cierta resonancia con las baladas de Tan Biónica.

Pelotas gigantes rojas con calaveras dibujadas rebotaron de un lado a otro entre las miles de personas durante “Colombiana”. Luego se apoderó del escenario un enorme Frankenstein hasta el techo del escenario que entre llamaradas de humo y una gran potencia musical fue parte de uno de los puntos más álgidos del show con “Motor enfermo”. Para amenizar, ésta vez Patricio Sardeli fue quien se apoderó del piano para regalar pequeños fragmentos de “Noches de abril”, “Ácrata” y un inusitado y respetuoso homenaje a Leo Mattioli a través de “Conmigo te gustó”, clásico de la cumbia santafesina. El primer final se hizo presente con dos canciones infaltables: “Por mil noches” y la liberadora “Mi sensación”, dedicada a los fans que los siguen desde los primeros años.

El sonido estridente de cada instrumento estuvo marcado en lo extenso del show, y no podía dejar de lucirse para los bises donde Patricio, Guido y Gastón, hicieron lo suyo con sus solos de guitarra, batería y bajo, dando pie a sus influencias como Chuck Berry cuando sonó “Johnny B. Good”. El punto culmine llegó con “Como un diamante”, “Kalashnikov” y la inolvidable “Solo aquí”, en un movilizante cierre que recordaba sus inicios. Airbag dejó de ser una banda de adolescentes enamorados del rock para convertirse en gladiadores de la escena musical de latinoamérica. Eso los rejuvenece.