Babasónicos por partida doble en el Anfiteatro: Impredecible e inoxidable
Durante dos noches consecutivas, Babasónicos brindó un show ecléctico, extenso y con un sesgo indescifrable, fieles a su estilo. El Anfiteatro Municipal Humberto de Nito se colmó de punta a punta durante ambos días para vivenciar la experiencia musical fuera de serie que implica verlos en vivo.
El Parque Urquiza se transformó en “trinchera” durante una hora y cincuenta minutos, a modo de refugio en los sonidos ante la podredumbre, según el concepto de su última producción. Hay una particularidad que impera en el público de Babasónicos, pareciese que celebran más las canciones nuevas que los hits de antaño, por más que fuesen inoxidables. A las 21:25 sonaron en la oscuridad sutiles reminiscencias a voces tibetanas que introdujeron a los primeros temas en el órden del disco: “Mimos son mimos” y “Paradoja”, sin interrupciones precedidos por ovación a la banda en el comienzo. Los hits no se hicieron esperar. “Y qué?” y “Microdancing” demostraron ser temas que no pasan de moda, sobre todo en la actitud de los músicos.
Adrian Dargelos mantiene su charme, un poco más discreto pero no por eso menos convocante y glamoroso. Sin temor a la vejez, burlándola y trasmutándola en elevación y excelencia. Todos en esa misma sintonía. Retomando el paso al presente, sonaron “Trinchera”, tema homónimo, “Ingrediente”, del anterior Discutible, y “Anubis”. Con distorsionadores de voz en lugar de auto-tune y sonidos genuinos como antesala al soundtrack de la nueva era, Babasónicos se mostraron sólidos e incólumes, que trascienden cualquier generación y el concepto de “moda”.
Diferentes climas se dibujaron en el viaje planeado por Babasónicos en recorrido por toda su discografía, desde la potencia electrónica en “Delecítrico” a la balada emotiva “Vampi”, pasando por la actualidad de “La izquierda de la noche” y la voracidad de la infaltable “Sin mi diablo”. Sonó “Desfachatados” en una versión más distorsionada que de costumbre, bien sucedida por “Pendejo”, de las más gritadas de la noche. En una puesta en escena que combinaba estética y movimiento y producía fascinación desde lo lumínico, se conjugaron todos los climas. “Viento y Marea” llegó para amenizar antes de “El colmo”, otra de las más cantadas que suscitan un dejo de sana nostalgia. El recurso de la pantalla de fondo fue muy bien utilizado en “El ídolo” con Dargelos de espaldas e interactuando con una cámara que lo agigantaba en los leds.
Lo insólito del setlist estuvo trazado por “Montañas de agua”, de los primeros temas de Babasónicos y casi nunca interpretados en vivo. Los clásicos fueron astutamente combinados con lo más reciente, asi se mixturaban la inmortal “Los calientes” con “Capital afectivo”, pasando por la fusión de “Carismático” y “Yegua” hasta “Vacío” poniendo un velo de calma.
El cierre del concierto se palpitaba con “Bye Bye”, “La lanza” y el incognito final con “La pregunta”, éstas últimas tres concretando al unísono el concepto sonoro inicial del show. Los bises no faltarían y estaría volcado a los hits “Cómo eran las cosas”, una de las más preciadas por los fans de la banda al igual que “Putita”, que fue cantada a los gritos. El pinto culmine estuvo en manos de “Irresponsables”, con la energía rock acertada para bajar el telón ilusorio. Babasónicos se encuentra vigente sin necesidad de contabilizar reproducciones ni figurar en ningún ranking. Música de la nueva era en presencia constante.
Lucas Rivero
FOTOS: Ph: @nicollanosfotografia