Ciclonautas + Mica Racciatti detonaron el C.C.Güemes

Los artistas brindaron un show atípico, distorsionado, con la esencia y el power del rock and roll compartiendo el escenario

Noche como las del viernes son las que demuestran que el rock and roll permanece, no solo vivo, sino invencible. Tanto Mica Racciatti con Set Eléctrico como la banda hispanoargentina Ciclonautas celebrando 10 años, brindaron un show sanguineo, crudo y respetuoso a su gente, quien tampoco dejó nada sin entregar. La mística creada en la luz tenue del C.C.Güemes, reivindica la de viejos y atesorados ‘antros’ como El Sótano, Berlín o Mc Namara, son las partículas de la cultura del ‘aguante’ o el ‘agite’ que pululan en el aire y toman cuerpo presente en su conjunto con la música,  la energía en movimiento del público que ocupo con comodidad cada espacio, y la de los músicos en acción.

 

Mica Racciatti acaparó el inicio del show como una verdadera frontwoman, con un registro y caudal de voz volcánico se amlgamó con naturalidad a sus tres músicos que con toda proeza sacudieron el escenario. “Mil Imperios” tiene la fuerza necesaria para comenzar y fluir en conexión con otros temas de su autoría como “Tus Mentiras”, “Sin Miedo” o la estridente “Basta”. “En contra de la violencia y a favor de lo que nos une” expresó la artista. “El Mito” se escuchó antes de “Mejor es Nada”, de pie y en resiliencia como mejor opción a la desidia y el desamor. Luego, a capella y homenajeando sus raíces, sentada al borde del escenario se escuchó una versión de “El Tempano” que fue una bocanada de aire fresco. Retomando el electric power, se escuchó “Soy” seguida de “Ver para Creer”, invitando a la reflexión sobre la devastación climática y los humedales. Ama del escenario y dejándolo en llamas antes de Ciclonautas, Mica Racciatti regaló los últimos temas. Posando fuerte y de pie, o de  rodillas para volver a levantarse impoluta se escucharon “Tiempo”, “Gritar” y “Reacción”. En el C.C.Güemes, el silencio después de un tornado que en pocos minutos volverá a producirse.

Ciclonautas fueron recibidos con la adecuada dosis de euforia para celebrar una victoriosa década de música. Triangulados al unísono transmitieron el power que pretenden los amantes del rock de antaño. Un sonido envolvente y el approach con su gente hicieron rugir a Rosario, ciudad que aguardaba su regreso hace tiempo. Sin necesidad de grandilocuencia al sonar el primer acorde se descorrió el telón. Con “Abrazado a un misil” quedó al descubierto la potencia del cantante (frontman argentino), la docilidad y el glaamour del bajista, y la pujante fuerza del baterista, ambos españoles. La gente se sabía los temas tanto como ellos, quedó demostrado en canciones como “Matando al suicida”, “Tristes corazones”, “Bombo sicario” y “Loca”. En “Agua va”, las voces del público se pusieron más reverberantes y el pogo comenzaba a tomar su matiz. El bajista desplegó su charme a lo largo de canciones como “Eterno aprendiz” y “Kamikaze del nido”. Con todo el power y la fuerza que produce el rock and roll sonaron temas como “El Ombligo”, “Los hermanos” y “Souvenir”. Antes de despedirse, compartieron un poderoso dúo con Mica Racciatti. Para el final, “Dele al play” y “Que tal”, alcanzando el punto más alto con “Bienvenidos los muertos”. El rock permanece vivo, incólume, y su mística lo alimenta.

Lucas Rivero

FOTOS: @cecicordobaph