Clausuraron un local donde al menos 90 personas tenían sexo grupal por no tener matafuego
Bajo la fachada de un restaurante, funcionaba como punto de encuentro para parejas que decidían participar de intercambios sexuales grupales
El municipio de Ituzaingó, en la provincia de Buenos Aires, decidió clausurar un local comercial que, bajo la fachada de un comercio gastronómico, funcionaba como punto de encuentro para parejas que decidían participar de intercambios sexuales grupales.
Tras una investigación a cargo de la Inspección General del Municipio, se realizó un operativo el pasado lunes 8 de mayo durante la noche. Al ingresar al local, situado en la calle Presidente Perón al 9600, hallaron a 90 personas teniendo relaciones sexuales. El local, además, estaba acondicionado para esa actividad: había distintos box´s con cartelería que indicaba “tríos” o “parejas”, equipados con camas, sillones y colchones.
El responsable del operativo fue el secretario de gobierno, Juan Manuel Álvarez Luna, quien contó que la decisión de realizar la intervención la tomó el intendente, Alberto Daniel Descalzo. Para avanzar se participó también a la policía bonaerense.
Según explicó, el Código de Planeamiento Urbano pensó esa zona para bares, restoranes y lugares de esparcimientos. “De ninguna manera para esta actividad”, dijo Álvarez Luna, en declaraciones al programa Primer Plano.
Sillones y elementos de higiene
El funcionario dejó claro que son las autoridades municipales las que rechazan el funcionamiento de un local que promueva la realización de encuentros sexuales masivos. No obstante, el procedimiento no derivó en denuncias judiciales dado que no se encontró en el sitio a ningún menor de edad ni a personas mayores que manifiesten haber estado allí en contra de su voluntad.
“Un punto de encuentro de intercambio de parejas, de solos y solas, es algo que no está permitido en el distrito. La decisión política es que no funcione”, reiteró el funcionario municipal.
Según reconstruyeron los medios locales tras el episodio, la casona que fue objeto del operativo había sido utilizada tradicionalmente como un restaurant, conocido en Ituzaingó. Posteriormente cambió de manos y de funcionamiento.
En efecto, el resto-bar “Swap” funcionaba en la dirección citada y había tramitado una habilitación para trabajar como un local gastronómico. La verificación de que el destino de su actividad era distinta fue lo que permitió al municipio denunciarlo ante el juzgado de faltas. En rigor, la clausura es por el desfasaje en el rubro comercial declarado.
Además, en la requisa del restaurante detectaron otras anomalías: la falta de matafuegos, el incumplimiento de medidas anti siniestros, la ausencia del informe final de bomberos, entre otras irregularidades. El trámite quedó a cargo del juez de faltas, Sergio Farías, titular del juzgado de faltas N°2 de Ituzaingó.
Según describió Álvarez Luna, el local estaba pensado de principio a fin para la realización de encuentros sexuales. Había cuartos independientes, separadores de durlock, cortinas que hacían las veces de habitaciones para la concurrencia de las personas que desearan tener relaciones.
En un salón principal, junto a una barra de tragos, podía verse un caño como los que se utilizan para practicar la danza denominada pole dance. El secuestro de los agentes de la Inspección general del municipio, además, incluyó juguetes sexuales.
Durante la investigación previa se realizó un seguimiento para recabar información. En la zona era conocido que se trataba de un sitio de encuentros. Los anuncios de promoción en redes sociales se sumaron a las denuncias de vecinos del lugar, que fueron clave para que el municipio encontrara elementos concretos para intervenir.
El restaurante Swap funcionaba en una de las calles perpendiculares a la colectora sur del acceso oeste, en Parque Leloir, en la zona norte del municipio.