Detuvieron en República Dominicana a Leonardo Cositorto

El empresario fue detenido en un barrio privado de República Dominicana. Estaba prófugo por las denuncias de fraude de Generación Zoe

Hoy por la mañana, efectivos de Interpol y de la Policía local arrestaron en Santo Domingo, República Dominicana a Leonardo Cositorto, el jefe del conglomerado Generación Zoe acusado de estafa y de asociación ilícita, según confirmaron altas fuentes de la investigación.

“Ya estaba emocionalmente quebrado. Estaba entregado, no dijo nada cuando lo esposaron”, afirma una fuente clave del expediente.

El coach ontológico y autodenominado empresario estuvo de un mes prófugo, buscado por la fiscal Juliana Companys que lo acusa de casi 40 hechos de estafa en Villa María, provincia de Córdoba, en una causa en donde ya están presos su número 2, “Max” Batista y su contador, Norman Próspero. Continúa prófugo el llamado “director legal” del grupo, el ex juez y fiscal Héctor Luis Yrimia, que dejó la Argentina a fines de 2021 para no volver.

Cositorto vivía en un barrio privado en las afueras de Santo Domingo. Luego, se mudó a un departamento dentro de la ciudad, con vista al mar.

Su ingreso a República Dominicana no se encuentra registrado legalmente: ya había sido buscado por Interpol en Colombia, particularmente en Cartagena de Indias, aunque no se descartaban otros puntos en el mapa de Centroamérica y el Caribe.

No fue un prófugo silencioso: el hoy detenido jamás dejó de dar reportajes y realizar transmisiones via Zoom y Youtube en donde instaba a sus seguidores a resistir y continuar la recaudación con sus históricas promesas de dividendos mágicos. Los investigadores de la división Interpol de la Policía Federal Argentina lo encontraron gracias a esas transmisiones, mediante cotejos de números de IP y análisis de contenidos de video, con rastreos

La ruta colombiana, aseguran investigadores, fue una maniobra de mareo: se cree que Cositorto enmascaraba sus IPs con falsas direcciones para que impactaran en Colombia y así despistar a los investigadores.

Miguel Ángel Pierri, su abogado defensor, ya está al tanto de su captura.

La causa de Villa María no es la única que lo tiene bajo fuego. El Juzgado Federal N°4 a cargo de Ariel Lijo investiga a Cositorto y al conglomerado Zoe por un posible lavado de dinero millonario. La sospecha tiene razones evidentes. Para empezar, está el propio derroche exhibicionista de Cositorto a lo largo de sus meses de reclutamiento intensivo para su esquema, con vuelos en aviones privados. Luego, la propia lógica de cualquier esquema Ponzi a gran escala, que no sirve solo para defraudar ahorristas.

El propio crecimiento de Cositorto en sus números también le huele mal a la Justicia. Ya arrastraba pedidos de quiebra y de cobro ejecutivo, con una quiebra efectivamente decretada por la Justicia comercial. “En octubre de 2020 canceló deudas que mantenía con tres entidades financieras distintas, por un monto total de 49 mil pesos, que lo habían colocado en situación “5″ por deudas irrecuperables”, dice un documento de la Justicia federal. En ese mismo período, lograba créditos de un conocido banco por casi 1,6 millones.

Así, en las últimas semanas, por orden de Lijo, el Departamento Investigación Antimafia de la PFA -que depende de la Superintendencia de Delitos Federales- encabezó diez allanamientos y chequeos de domicilios detrás del rastro de Zoe. Se incautaron libros contables en un estudio jurídico vinculados al contador Próspero: el domicilio del estudio fue usado para registrar sociedades del conglomerado. Varias entidades financieras entregaron información, al menos una decena de bancos. Ualá, por ejemplo, informó a la Justicia federal que cerró la cuenta de Cositorto en enero de 2021. La IGJ ratificó que el Fideicomiso Zoe Latam -que diversos ahorristas describieron como un instrumento de captación para mantener cautivos a sus dólares- fue inscripta el 4 de octubre a casi un mes de ser presentada.

También, la PROCELAC aportó un informe donde se registra el vaciamiento de billeteras de criptomonedas como USDT y Bitcoin por más de 9 millones de dólares. Cositorto, por el momento, no se encuentra requerido en esta causa.