El Festimug llegó para hacer historia en Rosario

Más de 20 bandas de la escena funk, Groove y alternativa de Rosario celebraron la música local con la autogestión como pilar y estandarte. Durante dos noches seguidas, el Galpón de la Música fue la sede de un encuentro necesario que logró  dejar huella.

El MUG (Movimiento Unión Groove) promovió un festival sin precedentes en la ciudad y con fuerte tendencia a proliferar. Durante ambos días predominaba una energía de comunión entre los músicos y el público. Los unos y otros amalgamados despojados de ego y afanes de grandilocuencia, brindaron excelencia musical con fuertes dosis de ingenio y avidez en armonías, una fusión de ritmos alternativos que encuentran un punto de convergencia en los matices funk y groove, y en la festividad como alma matter.

El Galpón de la Música recibió a miles de personas entre las dos fechas. Dos escenarios que nunca dejaban un espacio de silencio y produjeron estallidos rítmicos de improvisaciones orquestadas, pusieron a bailar a toda la gente. Ambos estaban adornados con pantallas que engalanaron la escena con visuales y conectadas por una pasarella con fondo de tubos luminosos. En la entrada, foodtracks y una variopinta y atrevida feria diseño. A pocos metros con un halo de luz violeta sobresaliendo, los exteriores para recibir aire fresco con el Paraná de fondo. Todo el espacio preparado para un acontecimiento fuera de lo habitual.

Caliope Family, Cortito y Funky, Bifes con Ensalada y un sinfín de bandas se apoderaron de la primera noche a la cual acudieron la misma cantidad de personas que en la fecha posterior. En shows de poco más de media hora cada uno de los artistas logró lucirse. No hubo stop ya que al terminar uno de los recitales, otro escenario se encendía para una nueva experiencia sonora en similar sintonía. El sótano bailable convirtió a la ciudad en un símil Budapest, una suerte de pasadizo subterráneo donde imperaba la música techno. Triga fue la artista que brilló en ese espacio de manera voraz y salvaje a la hora de crear magia con las bandejas.

Una ráfaga de bandas locales también envolvieron al público en el swing de la celebración. Entre ellas, Suave Lomito demostró gran destreza a la hora de ejecutar sus instrumentos en armonía estética con su vestuario de blanco intervenido. El escenario también fue parte de la performance, al igual que durante el poderoso momento de la Groovin Bohemia, donde los frontman de cada Banda se autocatapultaron desde el escenario para bailar con toda la gente. Setas produjo su debut demostrando oficio musical. Chokenbici fusionó con avidez varios ritmos desde el funk como leit motiv. Ani Book se adueñó de la escena como buena frontwoman, atravesando la pasarella con su privilegiada voz y su exótico charm con resonancia a mítica Annie Lennox. Por último, Latelonius fue lo más acertado para coronar dos jornadas históricas en el Galpón de la Música. El Groove y la autogestión permanecen desde hace tiempo y se mantienen firmes con el decreto de seguir siendo invencibles y expandiéndose por decantación natural.

Lucas Rivero

FOTOS: Ph @guidocastellotti para @santoestudio_ y @giulia.ant