El Festival Satélite hizo delirar a Rosario
El Bioceres Arena fue testigo de uno de los acontecimientos musicales del año. Silvestre y la Naranja, El Zar, Koino Yokan, 1915, Bads y muchas otras bandas se lucieron en una jornada intensa y prolongada
Las luces concitadas en la música y en sensaciones que trascienden la materia, en un encuentro de melodías que se fusionan en diferentes ritmos, de cuerpos que se amalgaman y viven una experiencia que trasciende el ideal de un show en vivo, de bandas que tienen el foco puesto en el goce pleno de lo sonoro, más allá del caos intrincado en los mensajes. Desde las 17 hs hasta las 3 de la madrugada, el movimiento se sostuvo en armonía y de forma saludable. Sin afanes de grandilocuencia, despojados de egos hostiles y con profesionalismo, cada uno de los músicos ocupó su lugar con altura y proeza. El Festival Satélite aterrizó en Rosario para llevar la música en vivo a otra dimensión y movilizar energías. La organización fue impecable y no hubo demasiado intervalo entre una banda y otra. El Bioceres Arena se encontraba repleto y con la comodidad suficiente para el disfrute de todos. En el escenario se desplegaba la inmensa pantalla que ilustraba cada tema con videoclips y animaciones fluorescentes o en tonos grises, viéndose por lo alto la estructura lumínica que generaba la sensación del interior de una nave.
La audaz tarea del despegue estuvo en manos de “Color Sirena”, que dieron clima a todo lo que se aproximaba en una extensa noche ideada para la música indie pop con guiños a otros ritmos. Brunella continuó con su vibrante voz aterciopelada, pisando fuerte en una marcada presencia femenina del festival, del mismo modo que Abril Olivera que envolvió a la multitud con sus tonos melifluos. Fue precedida por Florian, quien cautivó en el afán exploratorio y el camuflaje de estilos. Cerca de las 21 horas Bads marcó uno de los momentos más pujantes de la noche, con un sonido impecable hizo bailar a todo el Bioceres Arena. Minutos más tarde, Koino Yokan despertó suspiros en el público rosarino poniéndolos a cantar a los gritos desde el comienzo, en temas como “Lejos de todo” y la reciente “Cambiando la mirada”. El momento más emotivo de todo el festival estuvo en manos de la versión íntima de “Todo el día así”. Promediando el final, sonaron “Lo que hoy quieras”, “Para vivir mejor” y “Me diste la espalda”.
Una hora aproximada, minutos más minutos menos para cada banda, encierra la paradoja de lo breve, lo que pareciese fugaz, y que a su vez deja el tiempo ausente de noción. Así se transitó en cada recorrido musical. La banda 1915 irrumpió luego en escena de gafas oscuras, y rompió el clima con un sonido más rockero, de guitarras estridentes. El comienzo con “Los años futuros” y “Prisma”, dieron lugar a
otras más coreados como “Extranjero”, “El enemigo”, hasta un respetuoso cover de “Cheques”, de Spinetta. El cierre fue acertado y por lo alto con “Policía”. El Zar puso de manifiesto la máxima de que lo bueno sí es breve, es dos veces bueno. Con destreza y dulzura fue la banda que más recorrió el escenario al igual que Bads, desde el comienzo con “Apasionado”, “Qué pasa?” y la celebrada “Tarde o temprano”. Para oxigenar nunca viene mal una balada, la fórmula funcionó con “Imprudente”. Luego del remozado cover de “Así es el calor”, de Calamaro en Los Abuelos de la Nada, se acercó el final con “Las voces” y “Perdiendo el control”. Ante el clamor del público, regresaron con dos infaltables: la radial “El momento perfecto” y “La declaración”
Silvestre y la Naranja llegó bien entrada la madrugada para concluir el line up, con look en compose de negro oscuro satinado. Al igual que hace unos meses en La Sala de las Artes, comenzaron con “Fiebre Atemporal”, buceando por otras como “El Ding Dong” y “Nunca te calmes”. Otras de las más cantadas de todo el festival fue la romántica “Hechizao”, seguida por “Supersticiones” y “Levitando Lento”. Interpretaron también “Prisionero perfecto”, uno de sus temas más recientes, que dio paso a “Amores Callejeros” y “Sos todo lo que está bien”. El final la noche llegó con “Tu veneno”, llevando la energía al punto cumbre. El festival satélite puso a volar a la ciudad en otra edición en la órbita musical de la nueva generación.
Lucas Rivero
FOTOS: @cecicordobaph