El Papa pidió no admitir a seminaristas gays en la Iglesia: “Ya hay demasiada mariconería”
La frase que se filtró habría sido pronunciada a puertas cerradas ante los obispos que participaron en la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana
Desde hace unos días que se rumoreaba y circulaba el comentario que salió de la boca del Papa Francisco en una reunión a puertas cerradas en el Vaticano con obispos italianos de la Confederación Episcopal Italiana (CEI), con el cual defendió la posición oficial de la Iglesia de no admitir a homosexuales en los seminarios: “ya demasiada mariconería“. La frase sorprendió a más de un prelado sentado delante de Bergoglio.
Sucedió el pasado lunes 20 de mayo, en el encuentro a puertas cerradas entre Francisco y los obispos italianos que llegaron a Roma para participar en la asamblea general.
En el encuentro se estaba hablando de un tema muy serio que preocupa a la CEI desde hace varios meses: si admitir en los seminarios a candidatos abiertamente homosexuales y en qué medida hacerlo. Y Francisco, aunque reiteró como siempre la necesidad de acoger “a todos”, se habría mostrado muy rígido al respecto, reiterando su “no” a las aperturas de la mayoría de los obispos.
Y lo habría dicho a su manera, pensando en utilizar un tono coloquial en italiano, que no es su lengua madre, sin ser consciente de lo ofensivo del término “ya hay demasiada frociaggine”.
Algunos obispos italianos confirmaron la frase del Pontífice y aclararon que más que vergüenza, la salida que tuvo el Papa fue recibida con unas risas de incredulidad entre los prelados presentes en el encuentro.
En dialecto romano, un arrebato que se filtró en las últimas horas está causando polémica entre los movimientos Pro Vida de la Iglesia Católica -que ya expresaron su apoyo al Pontífice argumentando “por fin Bergoglio se expresó de esta manera”- y los movimientos homosexuales y LGBT que podrían acusarlo de homofobia, ante la expresión que el Pontífice habría utilizado a modo de broma.
Durante el encuentro con los obispos, se discutió, entre otras cosas, la entrada de jóvenes homosexuales en los seminarios. Una hipótesis sobre la que Bergoglio reiteró su oposición. Y sería precisamente en esa fase conversacional del encuentro, después de haber escuchado a muchas fuentes coincidentes, cuando el Papa habría pronunciado la frase.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, siempre a puertas cerradas, un obispo preguntó a Bergoglio cómo debía comportarse si una persona homosexual pedía entrar en el seminario. El Papa recordó que toda persona debe ser respetada independientemente de su orientación sexual, pero reiteró su oposición a la entrada de hombres homosexuales en la Iglesia.
Para justificar su posición, Bergoglio habría dicho que es necesario fijar algunos límites para evitar el riesgo de que quienes eligen el sacerdocio sigan llevando una doble vida y teniendo relaciones sexuales con personas del mismo sexo. Lo que sorprendió a más de un obispo fue particularmente la referencia al término “mariconería” que, según Bergoglio, ya estaría presente en algunos seminarios italianos.