El Zar trajo “Paradiso” a Rosario

En su ‘momento perfecto’ y con escala ascendente, la banda presentó su último álbum en el Bioceres Arena
Los referentes del indie pop hicieron bailar al público rosarino con los temas más recientes y todos hits, incluyendo un guiño cómplice a Fito Páez con una versión audaz y concisa de “Ciudad de pobres corazones”. Con una puesta en escena cuidada, que no precisó demasiada opulencia ambiciosa, y un sonido impoluto, conquistaron a sus fans durante más de una hora y cuarenta y cinco. Desde “Río Hotel” a “Paradiso” hay un salto no tan brusco, donde se solidifica su madurez compositiva y sonora sin quebrantar su esencia. Eso es lo más complejo y más loable de El Zar y muchas bandas, poner el foco en concretar un estilo y proliferar, en lugar de seguir fórmulas desesperadas por crear hits. Es por eso que tanta gente se acercó con expectativa y entusiasmo al Bioceres Arena, sensaciones que se palpitaban desde el inicio, dando por hecho de que van a recibir de los músicos, un poco más de lo que esperan, una fórmula acertada. Tanto para sacudir el cuerpo, para llorar a mares y/o cantar a los gritos, las melodías de El Zar atravesaron a cada uno de sus fans.
Diez minutos antes de las diez, precedidos por los aplaudidos temas de Santi Celli, apagón de luces propició el clímax para una extendida introducción en pantalla mostrando una borrosa carretera en sepia, con un auto retro aproximándose y llegando a destino . Con los gritos del públicos intensificándose, los músicos se adueñaban de la escena. Una ovación recibió al guitarrista Juan Pablo Giménez y al cantante Facundo Castaño Montoya, dúo líder de la travesía sonora que regresó a la ciudad para entregar un espectáculo a medida, concitando las luces en el deseo de su gente y no en elucubraciones pretenciosas. Fieles al leit motiv de la presentación de su reciente álbum, comenzaron con “Ya encontré la forma de estar solo” y “Perdido”. Desde el inicio su gente no paró de cantar un solo tema junto a la banda.
Si hay algo más para destacar es que El Zar suena en vivo con la misma calidez y prolijidad de un disco, lo cual no es tarea ni mérito menor. Muy bien acompañados por batería, percusión, bajo, teclados, y un elogiado saxofón, el dúo se lució con una cuidada estética despojada de afanes de grandilocuencia o excentricidades. En una equilibrada combinación de negro con animal print los músicos hicieron sonar temas anteriores como “Qué pasa?”, “Las voces” y “Salgo corriendo a buscarte”, de la misma forma que los del último álbum como “Todo al revés” y “Bahía”. El momento de las baladas es crucial en éste tipo de conciertos, y siempre funcionan bien casi a la mitad. “Imprudente”, “Cruz del Sur”, “Diez años después” y “No entiendo si es amor”, arrancaron más de una lágrima del público. “De otra vida” dió paso a uno de los momentos más íntimos de la noche con “Película” y “Tres días”, interpretada por el dúo a solas. Acto seguido, un ávido y potente solo de batería y percusión oxigenaron la atmósfera recibiendo a la segunda parte del show.
El pegadizo comienzo de “Apasionado”, en la que el cantante recorrió la escena bailando de un extremo a otro como auténtico frontman, desató alaridos del público que reconoció al instante de qué canción se trataba. Los músicos fueron de pocas palabras pero contundentes y enfáticos a la hora de manifestar su cariño por la ciudad y la gratitud a los fans. Una tras otra fueron sonando “Tarde o temprano”, “Bandido”, la festejada “Parte de mi” y “Paradiso”, que con un plus de emotividad marcó el primer final del show, al que aún le faltaba más por entregar. De regreso al escenario la energía fue imparable en un extremo a otro del Bioceres Arena. Hits como “Superstar”, “Perdiendo el control”, la aclamada “El momento perfecto” se bailaron sin stop para llegar a la cúspide del goce sonoro con “La declaración”. Sin pretensiones, ni pretextos, con algo para decir entre el éxtasis, lo opiáceo del amor y lo desolador, El Zar, sin aviso construyó su paraíso con el tiempo en suspensión, lo más similar a ese ‘momento perfercto’ al menos por un par de horas.
Lucas Rivero
FOTOS: @lucasfonsecaph