Emanero sorprendió a Rosario con un show emocionante

El Último Sinvergüenza se adueñó de Metropolitano, con elegancia, solidez y sensualidad. Durante más una hora y cuarenta y cinco, el artista del momento cautivó a su público.
Lleno de sorpresas, con clásicos de siempre y otras propios más actuales, remozadas con un sonido auténtico y fiel a su estilo, Emanero cautivó a Rosario de forma genuina y sin afanes de grandilocuencia. El cantante manifestó una sentida gratitud varias veces hasta las lágrimas. La visita de L-Gante a mitad del show, marcó uno de los puntos más álgidos de la noche, en un inesperado crossover a la hora de cantar “Romantiko”, de traje y manifestando su admiración por la música de Emanero. Metropolitano estaba repleto de un extremo a otro, lo primero en agotarse fueron las mesas delanteras de la “Experiencia runfla”, que ocupó uno rol central como parte del show. La puesta en escena estuvo a la altura, de nivel internacional y recreando la estética de sus videoclips, con un escenario de dos pisos con sus más de quince músicos y una pasarela. Una escalera central llevaba a una barra de bebidas del lado izquierdo con mesa de cafetín a pocos metros.
Emanero conjuga el charm , la galantería y la sencillez, sin recaer en un cliché elitista ni en lo remilgado, la humildad se mantiene intacta aunque vista de traje y de punta en blanco. El artista conquistó al público rosarino desde el minuto cero. Desde que se encendió el escenario se podía percibir que el concierto estaba fuera de los parámetros de lo corriente, ya que no es habitual ver artistas con una banda de más de diez músicos, que tuvieron uno por uno su momento para lucirse. A las 21:20 horas, el artista apareció por la parte alta del escenario tras un breve preludio. “Bandido” provocó alaridos desde el comienzo. Desde “Adicto”, cantada también al final, se pusieron todos de pie para entonar el estribillo a los gritos y bailar sin detenerse. En guiño a Marama sonó “Todo comenzó bailando”, de la misma forma que a Los Tipitos con el clásico “Silencio”. Subiendo las escaleras, interpretó “Chernobyl”, seguida de una ráfaga de hits como “Me duele tu traición”, “Mala mujer” y “Ladrona”.
El momento de quiebre fue brusco. Emanero rehuyó al concepto original del show para enfocarse en sus comienzos con el trap. Se sucedieron una tras otra una serie de temas viscerales que oscilan entre los conflictos internos y la denuncia social, que por más que desviaron el foco, concitaron las luces en un mensaje necesario. “Porque puedo”, “Manicomio”, “Pastillas”, “Quién es quién” y “El juego”, se escucharon con las letras proyectadas en la inmensa pantalla. De remera blanca y gorra, luego de “Whisky”, el artista sentado en las escaleras expresó: “Éstas son canciones que les tengo mucho aprecio” y agregó: “En Rosario hay mucha gente que me bancó desde mis comienzos”, en gratitud a sus primeros fans. Evocando su génesis, el cantante dijo antes de emocionarse hasta las lágrimas: “Quería mostrarles de dónde vengo y cuáles fueron mis orígenes desde los últimos diez años antes de las últimas canciones”. Coronó el emotivo momento con la alegre “Secreto paraíso”.
Emanero volvió al mood conceptual que retoma su estética actual de traje, se vistió en medio del escenario detrás de un biombo traslúcido mientras su corista regalaba una brillante versión de “Bésame mucho”. Luego de una poderosa versión de “Atorrante”, el ‘bandido’ se tomó su tiempo para leer algunos carteles del público con los mensajes más insólitos: “Si me das un beso le cocino un mes a mi marido” o “Me costó el divorcio estar acá con vos”. “A puro dolor” fue la balada más cantada de la noche, con la imagen de Rusherking y Ángel López (autor del tema y voz de Son By Four) proyectados en pantalla, al igual que las demás figuras que acompañan en cada tema. Promediando el final del show, el cantante recorrió en escenario con la presencia y swing de un verdadero frontman en “Borracho y loco” y “Fama de diabla”, de la misma forma que en los bises. “Si un día estás sola”, “Podes pedirme perdón”, y la aclamada “Sinvergüenza”, coronaron un concierto digno de ovación. Emanero logro seducir y enamorar a Rosario sin otra herramienta más que el ritmo.
Lucas Rivero
FOTOS: Diego de Bruno (@diegodebruno)