Gustavo Cordera en Rosario: “Amo este país por gente como ustedes”

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 El artista se presentó en La Sala de las Artes con un intenso show de casi dos horas, donde recorrió su extensa carrera con voracidad y profesionalismo

  Pasional, salvaje, puro, y nada complaciente se mostró Cordera frente al público rosarino que no dejó de celebrar cada tema en la mítica esquina de Suipacha y Güemes. Sin controversia y reluciendo con orgullo su lado contestatario, quedó demostrado que nada puede derribar el vuelo y la permanencia de las melodías, que atraviesan el inconsciente y permanecen. La gente le manifestó al artista su devoción bailando, cantado, en un pogo o con banderas que se desplegaban de un extremo a otro. Rindiendo culto a la caravana y abrazando la nostalgia, convivieron canciones recientes y viejos hits de su recorrido solista mixturadas con clásicos de Bersuit, algunos remozados y resistentes al paso del tiempo. El frontman se paró en el escenario con el vigor y la desfachatez de quien le sobra asfalto, resiliencia y voz para seguir gritando sus verdades . De punta en blanco pisó el escenario cerca de las 21:20, acompañado con solidez por seis artistas que llevaron por lo alto el sonido particular de ‘La caravana mágica’.

 Cordera invitó a su gente a soltarse, a descargar, a gritar desde el primer acorde, tal como incita por decantación natural “La caravana se siente”. Con look de boina marrón y guiño estético a los años ‘50, el músico recorrió el escenario con entusiasmo y entrega . Desde el inicio demostró que tiene mucho más para decir y cuestionar, generando interrogantes en temas como “El baile del esclavo”, o mostrándose como a quien no le entran las balas en “Soy rock” y “Ya no quiero castigo”. Su público sabe cuando agitar en un desenfrenado pogo y cuándo hacer silencio para contemplar, en una franja etérea que oscilaba desde los 30 a los 60, todos fueron aunados desde el inicio por melodías de Bersuit, en “La soledad”, “Perro amor explota” y “El tiempo no para”, ilustrada con imágenes de mandatarios, desde Irigoyen hasta Donald Trump. Fuera de lista y a pedido de un fan, agregó una desgarradora versión de “Ansiedad de buscar”.

 “Puedo ir al pasado y volver al presente con la misma facilidad”, afirmó el cantante en la antesala a las acústicas dando paso a la recordada “Mi caramelo”, de las más cantadas del show. En el mismo cauce enamoradizo, mostró su costado más visceral con su “primer canción de amor”. “El desamor es exquisito, es el barro de todo arte. Pero decidí darle espacio al amor”, expresó Cordera y dedicó: “Para Stella después de 36 años de odiarnos casi todos los días”, una exquisita versión de “Hoy te deshaces”. Sentado y a solas, continuó con “Otra sudestada”, unos de los lados B de Bersuit más atesorado por los seguidores de antaño. Su mujer Stella Maris Céspedes, y su hija Gianella Cordera, son las voces femeninas que potencian a ‘la caravana mágica’, desplegando sus cuerdas introdujeron “Hablándote”, llegando a un punto cumbre en “Sencillamente”, cantada a dúo con su esposa. Uno tras otro el público bailó cada tema sin detenerse con “No es que sea viejo”, “El baile del error” y “El baile de la gambeta”, con imágenes de Maradona en pantalla.

 “Asalto de cumbia” y “La bomba loca”, parecían coronar una auténtica celebración a la que aún le faltaba la última dosis de desenfreno, en infalibles como “Yo tomo”, “Se viene” y “La bolsa”. Cordera concluyó con mística en lugar de reviente, transmitiendo su mensaje con la camisa abierta y notoria emoción. “Soy mi soberano” y “Un pacto”, dieron por terminada un show movilizante desde varias aristas, incluso después del show donde el público cantó a gritos la atemporal “Señor Cobranza”. “Hoy quiero celebrarme a mí mismo. Di vuelta un partido muy difícil en mi vida”, expresó Cordera antes de dejar el escenario y al público rosarino no le quedaron dudas y fue partícipe.

 

Lucas Rivero