Hola Noviembre: Tan Biónica brindó tres show agotados en Rosario

“La última noche mágica” llegó a la ciudad con un show impactante de poco más de dos horas y veinte. Nostalgia, melodías inconfundibles, y hits que marcaron a toda una generación

Tan Biónica se presentó en Metropolitano los días viernes, sábado y domingo, con 9 mil personas cada noche. Sinfonías adolescentes, emoción perpetuada y odas a la resiliencia. Una fauna variopinta de edades, todos aunados en las canciones de uno de los grupos más icónicos en habla hispana de los dosmiles. Un mega escenario con luces robóticas de última generación y tres pantallas triangulares se perciben como una estructura monstruosa a lo lejos. Una pasarela en el medio y un escenario B a mitad de Metropolitano, que generaron mayor cercanía con los fans. En un juego hipnótico e imponente, las imágenes y la parafernalia lumínica hablan el mismo idioma de las canciones que se suenan con solidez y potencia. La velocidad del tiempo a veces no permite dimensionar el crecimiento sostenido de una banda que atravesó los avatares de la vida del artista y diversos obstáculos en un camino sinuoso. El cantante más que nadie. Sin embargo, el artista se paró incólume frente al escenario con las primeras frases de “Hola mi vida”, cerca de las 20:30 horas. Precedido por el tema fetiche ‘Seven Nation Army’, y por un video restrospectivo y conciso, Tan Biónica desató la euforia.

Efectos especiales, llamaradas de humo, papel plateado y serpentina en varios momentos, una celebración que se fusiona de un concierto de pop/rock y una Rave Party. El setlist fue diferente en relación a las primeras funciones del regreso del grupo, dando lugar a algunos lados B. “Vámonos” continuó con lo que sería un extenso concierto. Chano saludó a Rosario con emoción dando pie a “Arruinarse”, que tal vez sonó demasiado pronto. “Música” marcó uno de los momentos más emotivos y fue una de las más cantadas desde el inicio. Con las manos al piano negro con neón triangular en el centro, interpretaron “Loca”, infaltable y esperada. El cantante recorrió un extremo al otro del escenario durante “La otra manera”, perla escondida de ‘Hola Mundo’, al igual que “700 toneladas”, gusto personal que se dio Tan Biónica en Rosario. Luego de “Tus horas mágicas”, menguaron la energía del show con “Un poco perdido” y una resumida versión de “Lunita de Tucumán”, que merece ser interpretada completa.

El escenario juega con la idea de geometría sagrada, y con formas dentro de otras que se fusionan en conexión con la totalidad. Los efectos láser y toda la parafernalia estética, complementados con la música y la energía del público, alcanzaron su punto cumbre en “El duelo” y “Ella”. Sin interrupción sonó “Vidas perfectas” dando pie al set electrónico con el que se lució Diego Lichtenstein. Entre tanto estímulo visual permanente, Bambi llegó para oxigenar con “Pastillas del olvido”, seguida de las recordadas “Beautiful” y “La suerte está hechada”. Tras el estridente solo de guitarra de Sebastián Seoane, en el medio de Meteopolitano se encendió un escenario austero, donde Chano protagonizó el momento más íntimo de la noche. A solas con su guitarra cantó “‘Blackbird’ como Paul (McCartney)”, y “Claramente”, de su etapa solista y descolocada del repertorio de Tan Biónica. Su hermano Bambi se sumó para “Poema de los cielos”, que bajó los decibeles para hacer gala al inicio de la banda e interpretar “Chica biónica” en traje acústico. Una de las más pedidas siempre es “La ensalada”, cantada de manera parcial para complacer a los seguidores de antaño. De regreso al escenario principal aún faltaba lo más movilizante del show.

“Ciudad mágica” produjo éxtasis en el público rosarino y el pogo mas intenso de la noche, para luego ir a la reconocible melodía de “África” de Toto, que introdujo “Mis noches de Enero”. El final arrancó más de una lágrima durante “Obsesionaría”, con Chano sobre una tarima luminosa y una marea de luces blancas acaparando hasta el más recóndito lugar de Metropolitano. El final no podía ser con otro tema que con “La melodía de Dios”. Apoteótica. Así se alcanzó la cúspide de la emoción con un estribillo cantado a los gritos. Tan Biónica pudo “atrasar las horas” para volver a esas canciones que desafían las modas, la temporalidad y los rótulos. “La última noche mágica” todavía se mantiene encendida.


Lucas Rivero

FOTOS: @cecicordobaph