Imputaron al policía que mató de un balazo a Thiago Correa: lo acusan de homicidio con dolo eventual

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Facundo Aguilar Fajardo, un agente de la Policía Federal Argentina, fue acusado por el crimen del niño de 7 años que recibió un disparo en la cabeza durante un tiroteo en Ciudad Evita

La Fiscalía de Homicidios de La Matanza imputó este domingo a Facundo Aguilar Fajardo, el agente de la Policía Federal Argentina que protagonizó un tiroteo en el que resultó muerto Thiago Correa, de 7 años. El nene fue alcanzado por una bala en la cabeza cuando esperaba el colectivo con su papá, a unos 180 metros de donde ocurrieron los disparos.

El hecho, que conmueve al país, tuvo lugar el miércoles por la noche en Ciudad Evita, partido de La Matanza. Desde entonces, las versiones encontradas entre la fuerza de seguridad y la Justicia avivaron la polémica. Ahora, el fiscal del caso tomó una decisión clave: imputó al efectivo por homicidio con dolo eventual, una figura más grave que el homicidio culposo.

Según fuentes judiciales consultadas por Infobae, el fiscal entendió que el policía disparó 11 veces su arma reglamentaria en una avenida pública y en un horario transitado, lo que configura un accionar temerario y con capacidad de prever un resultado letal. Pese a ello, sostuvo, eligió continuar disparando.

Esta imputación implica que el acusado no quiso matar directamente a la víctima, pero asumió el riesgo y lo aceptó. En cambio, el homicidio culposo se aplica en casos donde la muerte ocurre por negligencia o impericia, sin voluntad ni aceptación del resultado fatal.

El pequeño Thiago Correa se encontraba junto a su papá, Fabián, esperando el colectivo en la intersección de las avenidas Crovara y Madrid. En ese momento, a pocos metros, el agente Fajardo —que iba con su madre— fue abordado por cuatro delincuentes armados que intentaron robarle. Fue entonces que desenfundó su pistola reglamentaria y comenzó a disparar.

Uno de los balazos impactó en la cabeza del niño, que fue trasladado de urgencia al hospital pero falleció días después.

Los peritajes realizados en la escena indicaron que el arma del policía fue disparada 11 veces. En el lugar, la Policía Científica encontró una vaina servida, un proyectil deformado, un revólver sin numeración ni municiones y manchas de sangre. Las cámaras de seguridad que registraron el hecho y el análisis balístico resultarán clave para determinar responsabilidades.

En paralelo, el fiscal también imputó a Fajardo por el exceso en la legítima defensa en relación con la muerte de uno de los delincuentes, identificado como Brandon Corpus Antelo, de 18 años. Las pericias revelaron que el ladrón fue abatido de un disparo en el cuello mientras se daba a la fuga, lo que llevó a la fiscalía a considerar que el peligro había cesado al momento de su muerte.

Los otros dos sospechosos del asalto, Uriel Alexis Montenovo y Uriel Emanuel Leiva, ambos de 21 años, resultaron heridos. El cuarto cómplice logró escapar y aún está prófugo.

Antes de conocerse el fallecimiento de Thiago, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, brindó una conferencia de prensa en la que respaldó públicamente al agente y apuntó contra los delincuentes. “La acción de Facundo fue de legítima defensa. La causa por la que Thiago está en esa condición es porque estos cuatro delincuentes salieron a robarle la vida”, afirmó.

Bullrich también reclamó un cambio en la calificación legal del expediente: “Pedimos que la carátula para los delincuentes sea tentativa de homicidio”, señaló. “El ayudante Facundo Aguilar Fajardo estaba preparado para usar su arma. Nadie que no lo esté después de los cursos de Policía lleva un arma. Y la utilizó en un hecho gravísimo”, agregó la funcionaria.

Fajardo, de 21 años, será indagado este lunes por el delito de homicidio con dolo eventual, una calificación que podría implicar una pena de entre 8 y 25 años de prisión. También deberá declarar por el exceso en la legítima defensa en la muerte del ladrón.

Por ahora, se trata de una imputación inicial y no vinculante para el juez de Garantías, quien podría sostenerla, modificarla o incluso descartarla según avance la investigación. Aun así, marca un giro importante en la causa y abre un fuerte debate sobre el uso de la fuerza por parte de los agentes de seguridad en situaciones de violencia urbana.