Javier Milei viajará a Estados Unidos para un acto con Donald Trump: las medidas que aguardarán su regreso
El jefe de Estado argentino formará parte de eventos organizados por instituciones liberales y republicanas
El presidente Javier Milei tiene decidido terminar con los fondos fiduciarios, la razón por la cual la Ley Ómnibus no recibió el apoyo que el Gobierno esperaba y por lo cual el oficialismo decidió retirar el paquete de reformas del Congreso, pero primero tiene pensado enfocarse en lo que él mismo denomina “la batalla cultural” y participar de una serie de eventos en la Argentina y los Estados Unidos.
En primer lugar, el próximo lunes el mandatario nacional viajará a la ciudad de Corrientes para asistir a los festejos por el décimo aniversario de la Fundación Club de la Libertad, que se realizará en el salón Espacio Andes, ubicado sobre la avenida Maipú al 3840.
El jefe de Estado será el principal orador de la jornada, que comenzará a las 19:00, aunque tiene previsto hablar una hora más tarde, luego del discurso de Alberto Medina Méndez, titular de la fundación, y de Alberto Benegas Lynch hijo, que expondrá por videoconferencia.
Milei volará a la capital correntina en un avión de línea y por el momento no estaba programado que vaya a mantener un encuentro con el gobernador local, Gustavo Valdés, aunque tampoco se descartaba que vaya a haber una foto con el radical.
Luego del acto, el Presidente volverá a Buenos Aires y tan solo 24 horas más tarde, el miércoles, partirá rumbo a Washington para participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), donde coincidirá con Donald Trump.
El libertario expondrá sobre la economía global y el control de monopolios, mientras que el ex mandatario estadounidense hará un discurso político que marcaría el comienzo de su carrera presidencial como candidato del Partido Republicano.
Además de Trump, Milei se encontrará en ese lugar con importantes referentes de la derecha internacional, como el líder de VOX, Santiago Abascal, con quien tiene buena relación; Nigel Farage, ex miembro del parlamento europeo y principal impulsor del Brexit, el mexicano Eduardo Verastegui y varios senadores y ex funcionarios norteamericanos.
Para la ocasión, el presidente argentino prepara un discurso técnico que exhibirá su perspectiva sobre los mercados, los monopolios y las regulaciones que se imponen desde los estados. La presentación se apoya en su último libro y tendrá un formato similar a su disruptiva disertación en el Foro de Davos.
A su regreso, va a anunciar fuertes medidas en contra de los fondos fiduciarios, una de las cuestiones que tomaron la agenda en los últimos días a partir de las críticas del propio jefe de Estado a este mecanismo.
De hecho, en recientes entrevistas televisivas, el mandatario ya dejó entrever que podría eliminar algunos de estos fideicomisos a través de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), mientras que analiza cómo limitar el funcionamiento de aquellos que no puede cerrar bajo esa modalidad.
Técnicamente, un fideicomiso es un instrumento legal que involucra a tres partes clave: el fideicomitente, el fiduciario y el beneficiario. El primero de ellos transfiere ciertos activos o propiedades al segundo, quien los gestiona, de acuerdo con los términos establecidos en el contrato, para favorecer al último.
En la práctica, los gobernadores y la Nación utilizaron en varias oportunidades este mecanismo legal, que tiene menos controles, para poder avanzar con diferentes proyectos -como obra pública- que no estén contemplados en el presupuesto anual aprobado por el Congreso.
“Toda esa runfla son como 20.000 millones de dólares. Son todas cajas negras de la política. Eso hay que terminarlo. Eso pone muy nervioso a muchos. Hay muchos agentes de la política que vive de eso”, explicó Milei en diálogo con LN+.
En la actualidad, existen al menos 29 fideicomisos que operan desde hace décadas, como lo son aquellos creados para financiar los programas de fomento de algunos sectores productivos o incluso el plan “Procrear”, destinado a la construcción de viviendas para los sectores humildes.
A diferencia de las partidas que se encuentran en la ley de Presupuesto, sancionada todos los años por la Cámara de Diputados y el Senado, estos fondos no pueden ser modificados ni destinados a ningún otro objetivo que no sea el que estableció el contrato.
Asimismo, el dinero en cuestión es gestionado por los funcionarios que son designados para esa tarea, pero que no se tienen que someter a los mismos mecanismos de control que demandan otras formas de financiamiento Para garantizar su transparencia.
Cuando se trató la Ley Ómnibus, el Gobierno suspendió la sesión, justamente, cuando en el recinto se rechazó el inciso “h” del artículo 4°, el cual le otorgaba al Presidente el poder de “transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, fideicomisos o fondos fiduciarios públicos creados por normas con rango legal, inclusive los destinados a subsidios, revisar su procedencia y destino para lograr una mayor racionalidad, eficiencia, eficacia, transparencia y control del uso de recursos públicos”.
Entre los más cuestionados por la actual gestión, se encuentra el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que le otorga a las cooperativas de las organizaciones sociales el 9% del capital destinado a promover el desarrollo de los asentamientos inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares.
También fueron muy cuestionados los fideicomisos creados para el “Procrear”, el de Desarrollo Productivo (Fondep), el “Estabilizador de Trigo Argentino” y el de Infraestructura Hídrica, entre otros.
Alrededor de nueve de estos, Milei podría eliminarlos tan solo con un DNU, mientras que para otros necesitaría de una ley, aunque el oficialismo está estudiando todas las formas posibles para terminar con estos mecanismos y la decisión se anunciará cuando Milei vuelva a la Argentina desde los Estados Unidos.