Jesse & Joy en Rosario: Ecos de la adolescencia

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El dúo pop desplegó todos sus hits en el Bioceres Arena. Casi dos horas donde se conjugaron la emoción, el romanticismo, y el desamor en un espectáculo sólido con la emoción como estandarte

 Jesse & Joy presentaron “Lo que nos faltó decir” con melodías adolescentes que se encendieron en las gargantas de miles de rosarinos. Con madurez, estilo y más de veinte años de oficio, queda en evidencia porque el dúo, además se ser de los más amados en Latinoamérica, ha logrado proliferar su música en todos los países de habla hispana. Sus temas tienen un fresco y potente brío de juventud, con lo virulento y la fascinación. La adolescencia como un momento en que el sentir recrudece, tanto en el éxtasis del despertar hormonal, del amor romántico, como lo punzante del primer desamor. También la rebeldía que invita a gritar “Ésto es lo que soy”, como al comienzo del show. A ésto también se debe que la música de Jesse & Joy siga llenando estadios, porque llevan a ese lugar de la adolescencia más allá de las edades y generaciones. La nostalgia de los jóvenes del dos mil, no es la misma de quienes crecieron en los ochenta, los noventa, e incluso antes. Atravesados por el concepto de un amor bucólico, como una utopía que aún se anhela posible, la música funciona como aliada.

 A esa utopía latente le cantaron con ojos emocionados quienes asistieron al show de anoche; ecléctico, dinámico, y movilizante, donde el foco no estuvo puesto en la provocación ni en impostar lo disruptivo, sino en interpretar dando lugar a que el público se luzca, haga su catarsis cantando a los alaridos, y disfrute cada segundo. Durante casi dos horas hubo lugar para el asombro y el relax, para las lágrimas, los gritos efusivos y los silencios solemnes, para el amor y el desamor, y la emoción en sus aristas más disímiles. Pasadas las 21:10, tras una sintética cuenta regresiva se proyectó el tráiler de “Lo que nunca dijimos”, documental sobre la historia del dúo que se podrá ver por HBO Max. En la penumbra y a paso lento se podía ver a Joy tras el piano, con su inmenso sombrero negro y de punta en blanco vestido de violeta. Con la engañosa introducción de “Corre, corre”, puso a cantar al público rosarino mientras Jesse ingresaba por el costado izquierdo con una sonrisa magnética, rulos perfectos y de negro brillante. La ovación desató los primeros acordes de “Ésto es lo que soy”, con enormes calaveras floreadas ilustradas en las pantallas, para luego dar paso a “Digas lo que digas” y “Tanto”

 “Queremos que ésta sea la noche más especial que hayan vivido, no solo en el año, sino en sus vidas”, expresó Jesse en el comienzo, proponiendo “Que Jesse & Joy sea un lugar seguro para ustedes, donde puedan ser quienes son y sentirse libres”. Luego de “Chocolate”, el neón naranja que contorneaba el piano se encendió para uno de los momentos más íntimos de la. En una emotiva versión de “Lo que nos faltó decir”, relució toda la potencia vocal de Jesse, complementada por la versatilidad de Joy. Conla vía láctea logrando un fondo idílico, el dúo interpretó “Me quiero enamorar”, para luego dar lugar a una “serenata al estilo Jesse & Joy”. Uno tras otro en formato acústico cada vez más despojado, sonaron una tras otra “Me voy”, “Adiós”, “Mi sol” y “Llegaste tu”, en la que los hermanos descendieron del escenario para compartir con su gente desde una mayor cercanía , momento en el que muchos levantaron sus celulares y hasta se pararon en las sillas para ver más de cerca a sus ídolos.

 “Dueles” fue una de los más efusivas de la noche, con pelotas blancas rebotando entre el público. Joy tuvo su momento en solitario durante el tema “Nube” y “De música ligera”, dándose el lujo personal de interpretar a Soda Stereo en Argentina. Jesse regresó al escenario con la estrofa a capella de “Me soltaste”, a la que acompañó el piano y las voces de todo el Bioceres Arena. No faltó la emoción en canciones como “Un besito más”, donde la cantante se conmovió narrando el origen de ésté tema dedicada al padre de ambos. Tampoco faltó el baile con “Mi tesoro” y “3 AM”. Los hits imprescindibles, obviamente también tuvieron su momento palpitando el final.  “¿Con quién se queda el perro?”, “Ya no quiero”, “Ecos de amor” y “Llorar” fueron las más celebradas. Luego sonó “Te espere” seguida por la desgarradora y aclamada  “La de la mala suerte”. Aún faltaba uno de los clásicos imbatibles del dúo, que no se hicieron rogar demasiado para regresar con una sentida versión de “Corre, corre” cuyo estribillo se extendió en un coro extenso y apasionante. En una explosión de colores se despidieron con “Espacio sideral”, con la alegría de Jesse & Joy y la del público rosarino, conectada os al unísono por  melodías que sacuden las fibras más sensibles.

 

Lucas Rivero