Khea en Rosario: Serotonina y trapicheo en Metropolitano

El referente del trap brindó un show detonador y conciso, con toda la potencia y la energía contagiada al público, donde demostró por qué es una figura destacada de la escena actual del trap

La nueva generación está dejando una huella indeleble en la música, produciendo euforia en los más jóvenes y cierto escozor en algunos adultos. Ésto evidencia y deja fuera de discusión que se trata de un fenómeno en lo más genuino. Khea es uno de esos referentes junto con Duki, Lit Killah, Thiago PZK, Neo Pistea y muchos otros que conquistaron la escena, hallando su génesis en las batallas de freestyle en el Quinto Escalón hasta a llenar estadios. Ese grito salvaje de una generación que nació en la plenitud de la democracia, y agobiados inconscientemente por un mundo digital cada vez más avasallante, se desgarra a gritos cantando cada tema y en contacto directo de cuerpos chocando durante el pogo. Eso fue lo que se vivió en Metropolitano, durante un concierto que entregó lo esperado durante poco más de una hora y media. Con una puesta austera y de pocos músicos en escena, no hacía falta más que la entrega de Khea. Fans sorbe el escenario en más de una canción, cercanía genuina con el público y un recorrido fugaz por varios de los tracks con millones de reproducciones en las plataformas. Poco antes de las 21 hs, con breve video introductorio mostrando trazos de la gira, apareció desde las tinieblas el trapero de negro brillante con capucha y gafas oscuras.

“Estrellas en la noche” puso el foco en ‘Trapicheo’. álbum más reciente, seguido de un pogo que incrementó su intensidad con “Fuera de órbita”. Desamores y heridas tempranas, cantos al bucólico anhelo de una idílica vida de despilfarro, el encuentro sutil e intrincado hacia lo más hondo, donde habitan carencias humanas de lo que parece falsamente banal o superfluo. Casi sin interrupciones y con muestras de gratitud, sonó el tema que da nombre al disco, precedió por “100oMil” y seguido por “Creo que”, “Vibez” y “El Don”, uno de los puntos más significativos. La sincera y desgarrada “Mami lo siento” marcó un contraste con la sensual “Mamacita”, dando lugar a un quiebre melódico con “Para amarte a ti”. Con emotividad presentó “Nunca voy solo”, que da cierre a ‘Serotonina’, seguido por temas de su recorrido solista como “Lo hicimo otra vez”, “Tengo 30”, “Wacha”, la melancólica “SAD”, y “Dime que me amas”.

Los infaltables hits globales en feat también se apoderaron del show, como “Tumbando el club”, “She don’t give a FO”, “Además de mi”, “Bésame”, “Hola perdida” junto a “Ayer me llamó mi ex”, que Luck Ra cantó en el mismo lugar hace pocos meses. Luego de “Cómo le digo”, el momento más emotivo estuvo posado en la melodía  de “Dónde estás”, power ballad de Khea en su apogeo pandemico, que fue la más cantada de la noche. Casi a oscuras y alumbrado por la marea de luces blancas,  sus fans replicaron en clásico ritual de los recitales desde mediados de los dosmiles, cuando el clásico encendedor fue remplazado por los celulares. Khea no podía despedirse de otro modo que no fuese por lo alto. Así sonaron “Loca”, “Hit boy” y “Vete”. Si hay algo que define al público rosarino es lo insaciable, cálido, exigente y aveces caprichoso, y Khea es de los pocos artistas que sació los deseos de su gente. Regresó al escenario para cantar la primera estrofa de “B.U.H.O”, y salió para que su público la extienda hasta el final. Pocas veces se ve algo similar y tan paradojal, que el concierto continúe aunque el artista no esté en escena. Son parte de los pasos más firmes de un extenso recorrido.


Lucas Rivero

FOTOS: Ph Diego de Bruno (@diegodebruno)