La canasta de alimentos básica trepó 3,9% en noviembre
El incremento se desaceleró con respecto a los meses previos y arrojó la variación más baja de 2022. Relevamientos privados observaron una marcada desaceleración dentro de ese rubro
Uno de los principales objetivos que persigue el Gobierno es reducir la inflación, sobre todo la que impacta en los alimentos. Y, según se desprende de distintos relevamientos privados, durante noviembre se observó una marcada desaceleración dentro de ese rubro.
De hecho, de acuerdo al informe que elabora la agrupación Consumidores Libres, la canasta básica de alimentos subió un 3,95% el mes pasado. Se trata de la variación más baja para un mes en lo que va del año y representó una significativa desaceleración con respecto a los meses previos: en octubre, ese grupo de alimentos había aumentado un 6,2%; en septiembre 6,1% y en agosto, 6,3%. En lo que va del año, la canasta acumula una suba del 78,2%.
Según el relevamiento, el rubro almacén presentó un incremento del 6,3% el mes pasado y dentro de ese segmento se destacaron las subas del aceite (6,6%), el arroz (8,3%), los fideos (11,5%) y el pan (8,7%). En tanto, las frutas y verduras treparon 3%, encabezadas por las manzanas (22,8%); la cebolla trepó 7,3% y la papa negra 1,7%. Las carnes, por su parte, subieron 2,6%: el asado se incrementó 2,7% y la paleta, 5,2%.
Distintas consultoras que miden la evolución de los precios ya habían advertido que durante noviembre se evidenció una desaceleración en la suba del rubro alimentos. Por caso, desde C&T, destacaron que “los alimentos y bebidas se moderaron fuertemente, a 3,8% mensual, sobre todo, gracias a la carne, las verduras y las bebidas”. “Esta moderación no se dio en los rubros no alcanzados por los acuerdos de precios, como las comidas listas para llevar o restaurantes”.
Para Focus Market, por su parte, los alimentos subieron 5,2%. “En noviembre observamos desaceleración de la suba de precios en categorías de canasta básica alimentaria. En octubre se habían producido fuertes aumentos preventivos frente a un congelamiento de precios futuros, que se terminó dando con el lanzamiento del programa Precios Justos”, señaló al respecto Damián Di Pace, director de la firma, quien detalló: “En el mercado se presenta un comportamiento dual. En grandes superficies hay cumplimiento del programa, mientras que en el resto del canal de autoservicios hay aumentos de hasta doble dígito en varios productos”.
Esos “aumentos preventivos” son uno de los factores que pueden explicar la desaceleración de precios durante noviembre. Otro aspecto que puede incidir, tal como señaló Di Pace, es la caída en el consumo que se registra en las distintas superficies de supermercados y autoservicios en los últimos meses. Un tercer punto que destacó el especialista en este sentido es la puesta en marcha del programa Precios Justos.
“Quizás el dato llamativo de la medición de precios de noviembre es que algunas categorías disminuyeron de precio como el caso de pañales, jugos en polvo, lavandina, rollos de cocina, entre otros. La caída del consumo del 11% en octubre en supermercados de hasta 500 m2 y 4,3% en grandes superficies, les ponen un techo a los precios”, sostuvo Di Pace, quien agregó: “De cara a diciembre, el Gobierno intentará mejorar el humor social incrementando un 20% el Salario Mínimo Vital y Móvil, 40% la tarjeta Alimentar, un bono de $10.000 en tres tramos para los jubilados y negocia un bono para asalariado privados que han perdido frente a la inflación”.
Panorama de la inflación
Lo cierto es que un menor aumento en el rubro alimentos habría ayudado a bajar la inflación general durante el mes pasado. De hecho, algunas consultoras estiman que se ubicó en torno al 6% y algunas proyectaron incluso que podría haber perforado ese piso.
“La desaceleración de noviembre se explica principalmente por el menor aumento en los alimentos. Si bien, comenzó el programa de ‘Precios Justos’, este comportamiento comenzó a observarse algunas semanas previas a la implementación del mismo. El efecto del acuerdo de precios será mayormente visible a partir de diciembre, aunque claro está que su resultado será temporal, debido a que las inconsistencias de la política fiscal y monetaria no son compatibles con una baja sostenida de la inflación”, señaló al respecto Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
Por su parte, desde la consultora LCG señalaron: “Nuestro relevamiento semanal de precios de alimentos registra una significativa desaceleración, ubicándola en torno al 0,9% semanal (consistente con un 3,5% mensual). De todos modos, esperamos que, de mantenerse, esto se vea reflejado hacia diciembre, una vez que el efecto del arrastre estadístico de octubre se disipe”.
“En este sentido, si bien la economía parecía estancarse en un piso de inflación del 6% mensual, el actual programa de Precios Justos (ahora ampliado también a combustibles) en conjunto con meses de mayor estacionalidad en la demanda de dinero, podrá generar cierta merma en el ritmo de aumento de los precios”, agregaron desde la firma, y concluyeron: “De todos modos, el desafío tomará lugar una vez que el programa termine y las empresas deban reajustar precios para recuperar la rentabilidad perdida, lo cual podría amenazar con realimentar la inercia inflacionaria, principal componente que busca atacar el Gobierno. No obstante, en virtud de una alta nominalidad en el resto de los rubros, un ritmo de devaluación más alto y reaperturas de paritarias, esperamos que la inflación alcance el 110% anual para 2023”.