La Cobra brilló en Rosario con su Mala Sangre Tour

El show de jimena durante la noche del sábado estuvo plagado de emociones, catarsis y odas al empoderamiento durante más de una hora y veinte. Con una puesta impecable y una energía arrolladora, la artista se destacó ante un teatro El Círculo repleto

Resurgir y empoderarse pasando por el dolor y eyectando su veneno es en el gran parte le leit motiv de lo que viene a proponer Jimena Barón con sus letras, música y arte performático. Cómo buena frontwoman, estuvo a la altura acompañada por sólidos músicos y un harem de seis bailarines en cada trazo escénico. La impecable puesta estaba signada por un espectáculo de luces ecléctico y una inmensa pantalla led que ocupada cada extremo a lo largo y ancho del escenario. Desde la puerta central y al fondo, recibida con una ovación estruendosa, jmena irrumpió en el escenario  despacio y firme con “Los Locos”. Siguió con “Cariño resentido” donde se lució con su cuerpo de baile, para luego amenizar con la ranchera “San Valentín”.

La Cobra puso a bailar a todos los rosarinos y rosarinas que se mantuvieron de pie todo el show. Un mix de marcado aire cumbiero fusionó “Cruel y despiadado”, la recordada “Se acabó”, “Corazón de cemento” y “Amigo”, al estilo Karina. El show estuvo estructurado de manera acertada, con breves interludios a oscuras con su voz en off subtitulada en pantallas precediendo cada tema. “El funeral” marcó el momento más visceral de la noche, con un halo lúgubre sobrevolando al teatro. La artista de rodillas entregó toda su capacidad vocal. Exorcizando viejos espectros y para oxigenar cantó sentada “Ya no te extraño”, una de las más aclamadas.

Entre lo más reciente y lo viejo, entre las canciones más recónditas y los megahits fue oscilando el show, así ocurrió con “Maldita apuesta” seguida por “La tonta”, sutilmente reversionada y cantada a los gritos por los fans. Uno de los momentos cumbre del espectáculo estuvo marcado por un tsunami de temas mixturados que sacudieron al público con breves extractos de “ADN”, “Ya quisieran”, “Que regreses tu” (mas bailada que cantada), “Dos corazones” llegando a lugares mas profundos y elevando la potencia bailable con “Quién empezó”, la polémica “Puta”, “Taxi Voy” y la infaltable “QLO”.

 

“La araña” demostró ser una de las más esperadas de la noche, sobre todo por su conocido backstory, la interpretación estuvo a la altura. Los aires tangueros de “Ese diamante” dieron pie al momento más emotivo del show cuando Momo, hijo de la cantante, apareció en escena para recibir las dos canciones dedicadas por su madre: “Mi felicidad” y “Oro” sellaron la etapa más movilizante del show. El final estuvo plagado de guiños murgueros y una energía arrolladora por parte de todo el cuerpo de baile. Con algunos admiradores sobre el escenario, jmena se despidió con “Lo que tenga que durar”. Con el torso desnudo los bailarines compartieron su sensualidad a modo de interludio final donde sonó “Flor de involución” mezclada con “Music” de Madonna. Cómo no podía ser de otra forma el final estuvo en manos de “La Cobra”, el tema más sentido y voraz de jmena. Al culminar bendijo el escenario de rodillas y exclamó con palabras de gratitud: “Estoy cumpliendo un sueño enorme”. Jimena demostró por qué es una artista a la que nada la doblega. Se fue dejando hasta la última gota de su “mala sangre” en el escenario.

 

Lucas Rivero