La Vela Puerca celebró en Rosario 30 años “de canciones y amistad”
La tormenta no logró mitigar un festejo tan esperado. La banda uruguaya honró sus tres décadas sobre los escenarios durante dos horas y diez, frente a un Anfiteatro repleto.
“Somos poetas de frases sencillas”, ruge uno de los versos de “Buenas mascotas”. Es ese uno de los distintivos y mayores méritos de La Vela Puerca, que han proliferado sus melodías tocando las fibras más sensibles con un mensaje directo, de una forma ingeniosa sin elucubraciones, y con la audaz paradoja de calar en la profundidad apalancándose en los lugares más visibles. Los músicos demostraron ser una auténtica enciclopedia del asfalto, con la humildad de los grandes y la frente alta de quienes se hicieron merecedores de la ovación de multitudes. Más de 30 canciones resonaron en un Anfiteatro colmado, en una noche con amenaza de tormenta que se tradujo en apenas relámpagos y una lluvia de verano que no frustró los planes. La efervescencia del público atravesaba a todas las generaciones, que cantaron con emoción cada tema y se dejaron fluir en el pogo más alegre. “Festejar para sobrevivir” es una consigna que encarna a todos aquellos que crecieron a la par de La Vela Puerca y continúan aunados en un sentir ‘normalmente anormal’. El show hizo gala a todo eso y redobló la apuesta.
A las 21 horas, con una puntualidad prusiana y pocas veces vista, con afán de ganarle de mano al posible aguacero, se apagaron las luces y la inmensa pantalla de última generación que ocupaba todo el fondo del escenario, captó impresiones psicodélicas a modo de preludio. El público recibió eufórico a los uruguayos, que con el primer acorde de “El Viejo” dejaron en claro que el show estaría a la altura de una celebración antológica. Es habitual en los conciertos aniversario comenzar con hits que acostumbran ser bises para surtir un efecto sorpresa, aún así en éste caso cualquier canción hubiese sido más que adecuada. “El profeta” y “Sobre la sien”, continuaron con un poderoso setlist que también se atrevió a invocar su génesis en perlas del primer disco, como “El bandido salto de mata” y “Pedro”. “Gracias por hacernos sentir una vez más en casa”, introdujo emocionado el Enana para dar pie a la emotiva “Sin avisar”, donde el leit motiv de los 30 años cobro mayor vigor. Los vientos sonaron con la potencia envolvente de un huracán, en una sucesión que no dio respiro con “Burbujas”, “Soldado de plomo” y “Escobas”.
La atmósfera mutó en un tono más sombrío en “Clarobscuro”, que precedió a la recordada “Polidoro” y “Buenas mascotas”, ilustrada en pantallas por un cementerio de televisores. Sebastián ‘Cebolla’ Cebreiro lució el power de sus cuerdas vocales en temas como el anterior y “Los reyes de los buzones”. Las primeras gotas de lluvia se apropicuaron durante unos 45 minutos a partir de “Un frasco”, a la que irónicamente le siguió “Tormenta”, del álbum ‘Discopático’. “Va a escampar” fue una de las más cantadas en una noche en la que la lluvia potenció la emoción. En oposición se hizo presente el ska “La pastilla”, llevando consigo la máxima velera de “la palabra que diga poco pero con alma”. En un cielo de precipitaciones incesantes, las banderas continuaban flamenando mientras las gotas rodaban por brazos tatuados con frases de la banda, en un público que mantenía la energía al igual que los músicos. El clásico “Por dentro” inauguró uno de los momentos más distorsionados en un escenario teñido de rojo con “La sin razón”, seguida de “Para no verme más” que trajo un atisbo de calma para volver a repuntar con lados B como “¿Ves?” Y “No se”.
‘Sabemos que la vida es dura pero la amargura no es la solución’, una de las frases más icónicas de La Vela Puerca, estampada en remeras, tatuadas y gritada en “Mañana”, de las que pocas veces suenan en vivo y salen a relucir en ocasiones espaciales como ésta. Palpitando el final sonaron infaltables como “Todo el karma”, “Haciéndose pasar por luz” y la desgarradora “Colabore”. De regreso al escenario el público cantó con el fervor habitual “Mi semilla” y “Zafar”, inoxidables como “Por la ciudad”.“Vuelan palos” fue otra de las más movilizantes, donde el homenaje del público a su banda se resignificó en la melodía inicial. “Llenos de magia” y “José sabía” pusieron fin a un show que puso de manifiesto que a La Vela Puerca le quedan (al menos) treinta años más.
Lucas Rivero
FOTOS: Ph Billy Planta Baja



