La Vela Puerca volvió al Anfiteatro en su faceta más festiva
La banda uruguaya agotó las localidades en un show con decenas de canciones y el espíritu festivo de varias generaciones que no envejecen
La Vela Puerca siempre sostiene su espíritu joven y sus canciones nunca pierden. actualidad. Los mensajes se resignifican y aplican a cualquier momento o circunstancia. Sin afanes de grandilocuencia ni egotrip de rockstars, con humildad y firmes en su propia ley, la banda logra perpetuarse más allá del tiempo y las tendencias. Sus conciertos constituyen un auténtico rito con cánticos, banderas, grupos de gente hermanada que se junta desde temprano para la previa al show logrando que el clima que impera sea de auténtica alegría. El show del anfiteatro no fue la excepción. Durante poco más de una hora y cincuenta, con solidez y energía, los músicos y su público se apoderaron del Parque Urquiza.
A las 21:30 comenzaron los primeros acordes de “Jugando con fuego”. Pareciera que nada estalla hasta que nos suenan con con estridencia los vientos veleros que dan el alma a varias de las canciones. “La teoría” y “Por la ciudad”, cantada a las gritos fueron acertadas para los primeros tramos del show. Con fuerza y sin interrupción sonaron también “Y así vivir”, “Buenas mascotas”, “La pastilla” y “El soldado de plomo”, con el escenario en tonos turquesa. Luego de “Clarobscuro”, el Enano descansó su voz en manos de su infaltable secuaz con potentes temas como “La madeja”, “Polidoro”, “Sigo creyendo” y una sentida versión de “Colabore”. Lucieron el escenario varias pantallas de diferentes formas y tamaños ilustrando correctamente el show con diversas animaciones. Luego de la rockera “No se”, para amenizar la energía interpretaron “Para no verme más”. Luego se escuchó “Para siempre”, de su último álbum ‘Discopático’, seguida de “Sin palabras”, todas celebradas a los gritos por sus seguidores rosarinos.
Temas infaltables como “Por dentro” y “De atar” llevaban tiempo sin tocarse en vivo, lo cual intensificó la euforia y el entusiasmo del público. Promediando el final el estallido se produjo con “Haciéndose pasar por luz” y “Llenos de magia”, con esa melodía inicial que es imposible que no despierte emoción. Unos minutos más tarde, de regreso al escenario para los bises, uno tras otro sonaron “Sin avisar” y “Todo el karma”. El mega clásico “Zafar” fue la más cantada de la noche para dar paso a “El viejo”, que se encuentra “cada vez más joven”, según su cantante. Sin interrupción y con un sutil guiño punk, el tema elegido para el cierre con toda la banda fue “El profeta”. Para no perder la costumbre ritual, solo con la guitarra en el centro del escenario, el Enano cantó “José sabía”, indispensable para todos los veleros y veleras que los siguen hace tanto tiempo. Nadie podría haberlo dicho mejor que él mismo antes de terminar el concierto frente a tanta demostración de cariño: “Después de 28 años, nos hacen sentir como que ésto recién empieza”.
Lucas Rivero