Miles de fieles despiden al papa emérito en la basílica de San Pedro

Abrió la capilla ardiente ante una convocatoria multitudinaria. El funeral será el jueves y estará encabezado por Francisco

En la madrugada, antes del alba, ya se había formado la nutrida cabecera de la cola de miles fieles que desfilan frente a los restos de Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger, que renunció fue papa Emérito casi una década.

El jueves tendrán lugar los funerales de uno de los grandes personajes de la Iglesia, cuya influencia se ha prolongado durante más de cuatro décadas en el Vaticano.

Centenares de fieles arribaron de otras partes de Italia y hasta del exterior. Mientras se engrosaba la espera, a las 7 de la mañana partió del Monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines vaticanos, el discreto cortejo que trasladó los restos de Ratzinger hasta la vecina basílica de San Pedro.

Los despojos de Benedicto XVI, el primero y probablemente único Papa emérito en la bimilenaria historia de la Iglesia, fueron colocados, vestido con los paramentos papales, bajo el altar de la confesión, en el centro de la basílica pontificia.

El obispo monseñor Georg Gaenswein, de 66 años, que durante casi 40 años ha sido el secretario personal de Joseph Ratzinger, acompañó el último viaje de Benedicto XVI, junto con el cardenal Gambetti, prefecto de la basílica de San Pedro, que presidió el breve rito del traslado del 266° Papa de la Iglesia Católica.

Gaenswein y el cardenal Gambetti recibieron temprano al presidente de la República italiana, Sergio Mattarella y unos minutos más tarde a la jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni. Ambos saludaron también al párroco de la basílica, padre Agnello Stola.

El funeral del jueves

A las nueve se abrieron las puertas de San Pedro a los miles de fieles que poblaban la cola que se renovará continuamente. En la plaza se iniciaron los preparativos de los funerales del jueves 5, que incluyen pantallas gigantes que serán instaladas para seguir la ceremonia.

“Joseph Ratzinger escribe la historia también después de su muerte”, comentó un vaticanista. Por primera vez será su propio sucesor quien presidirá los funerales. Y no habrá novendiales, que son los nueve días de luto papal que comienzan con el funeral, visto que Ratzinger no ha muerto reinando.

Obviamente no seguirán los mecanismos que culminan con el Cónclave de los cardenales electores que elegirán al próximo pontífice, que hace casi una década ya reina tras la dimisión de Benedicto XVI.

Los cambios fúnebres para un papa sin reino

La Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha preparado hace tiempo el evento histórico. Desde que la guiaba monseñor Guido Marini, actual obispo de Tortona. El actual Maestro de Celebraciones es monseñor Diego Ravelli, que ha tomado las riendas de la ceremonia este lunes, a partir de la exposición del cuerpo del Papa fallecido en la basílica de San Pedro.

El ritual para las exequias del Papa emérito, como lo fue Ratzinger durante nueve años y dos meses, difiere de las funerales de un Papa reinante en dos aspectos.

Todas las oraciones han sido modificadas porque no están dirigidas a un pontífice reinante sino a un Papa que ha dejado hace tiempo de gobernar la Iglesia.

Además, las exequias no son presididas por el cardenal decano sino por el Papa reinante. También han sido retocados otros aspectos, como la ausencia de los novendiales de luto papal visto que el Papa reinante es otro, Francisco.

El Papa fue el primero que llegó al Monasterio tras el fallecimiento de su predecesor Benedicto XVI y oró junto a sus restos durante casi media hora en el monasterio interno del Vaticano donde residía Joseph Ratzinger.

Su secretario monseñor Gaenswin refirió que el enfermero que lo asistía junto al Emérito, le oyó susurrar momentos antes del traspaso tres palabras: “Te amo Jesús”.

El final en las Grutas Vaticanas

El jueves, tras los funerales, el féretro será bajado en procesión treinta metros, en el piso donde se encuentran las Grutas Vaticanas. Allí, cerca de la tumba de Simón-Pedro, fundador de la Iglesia y primer obispo de Roma, se encuentran las tumbas de una parte de los papas. Una veintena según algunos cálculos.

En la basílica son ocho los cuerpos de pontífices que yacen, entre ellos de Juan Pablo II y Juan XXIII.

Ambos fueron transportados sucesivamente a la basílica tras haber sido proclamados santos para facilitar la veneración popular.

En cambio quedó en las Grutas, hasta ahora, otro santo de nuestra época, Pablo VI.

Polémica con la tumba

El jueves se sabrá cual será la tumba asignada a Benedicto XVI. El matutino “Il Messaggero” escribió que Joseph Ratzinger escribió disposiciones en las que indica donde quiere ser sepultado: “la ex tumba que albergó a los cuerpos de Juan XXIII y Juan Pablo II”.

Pero esa voluntad de Benedicto XVI chocaría con disposiciones de 2016, cuando finalizaron trabajos en las Grutas que incluyeron el agregado de un sarcófago que se encuentra cerca de la tumba de Pablo VI.

El ex vicedirector del diario vaticano “L Osservatore Romano”, Carlo Di Cicco, dijo entonces que la tumba “que hospedará el cuerpo del pontífice argentino, está colocada en el nicho donde entre junio de 1993 y setiembre de 2000 custodiaron los restos de Juan XXIII.”.

Di Cicco añadió que “en la misma tumba, entre 2005 y 2011 fue colocado el cuerpo de Juan Pablo II”.

El vicedirector de “L’Osservatore Romano” escribió que “se sabe que hace tiempo el Papa Francisco pidió al cardenal archipreste de la Basílica dejara para él aquel nicho”.