Mimi Maura y La Charo en Lavarden: Fusión y excelencia
Las dos artistas brindaron un show ecléctico marcado por un crisol de sonidos durante más de dos horas. Cada una por su lado y combinadas, cautivaron al público rosarino que colmó cada butaca de la mítica sala.
Charo Bogarin y Mimi Maura brillaron fieles a su estilo en partes separadas y con un breve y efectivo encuentro juntas trazado por la calidez, la conexión y la entrega. Pasadas las 21 horas, La Charo fue la primera en pisar el escenario con su look estridente. Desde el primer instante se mostró dinámica con su público. “Agüita de manantial” fue la elegida para empezar con danza y a pura sangre. Una mixtura de sonidos latinoamericanos se adueñaron de la escena en lo extenso del show. Así ocurrió con el aire llanero de “La marejada” o el ritmo fox trote de “Equivocado amor”. La participación del público estuvo aún más presente en “Malambeo” con voces y palmas al son del bombo legüero que interpretaba la cantante. Recita, canta, baila y ejecuta instrumentos todo al unísono, una artista multitasking que puede hacer variaciones con su voz desde una docilidad extraordinaria. “El mentiroso” sonó precedido de su narrativa. La Charo demostró tener incorporado en su esencia a los sonidos de los pueblos originarios y de los afrodescencientes, así fue que invitó a Gabrieli, bailarina afro que cubrió el escenario de dulzura y encanto para acompañar a la artista en “Pajarito”.
Antes de culminar la primera parte, los rosarinos se pusieron de pie para bailar al son de la cumbia de latinoamérica con “Tambores de mi tierra”, “Luciérnagas” (recreada en tiempo real por las luces de los cientos de celulares), y una mixtura de canciones atemporales como “La pollera amarilla”, “Pollera colorá” y la “Cumbia del pescador”. Ovación para La Charo, merecida.
Spinetta de fondo amenizando y preparando el terreno para el adviento de Mimi Maura, que no tardó mucho en llegar. Bruma simulada de fondo y un atinado espectáculo de luces que ilustraba la escena, apareció la artista entre sonidos electrónicos y el primer sonido de su voz fue una especie de tsunami musical. La artista se mantiene espléndida, con su voz ultra potente y un corto vestido negro con detalles blancos apoderándose de la escena. “Una parte del mar siempre dentro de mi”, fraseaba en el comienzo generando un oleaje con su garganta que produjo un fuerte soplo de aire viento en el público. “Ese camino” y “Loiza Aldea” fueron marcando el concepto de su propuesta, mezclando ritmos sin salir de la atmósfera creada.
Se hizo énfasis en el nuevo disco, “Alma Adentro”, y desde lo más reciente cantó “El tren de las diez”, “Necesito tu amor”, “Al salir el sol” y otras perlas de ésta última placa. También hubo lugar para otras canciones que resuenan como “Al borde del tiempo”,“Laberinto de pasiones”, “Amor”, “Mientras desapareces en la luz” y la aclamada “Don’t stay away”.
El momento cumbre de la noche ocurrió cuando se unieron ambas en el escenario para una versión demoledora de “Dime si”, tema actual de Mimi, que Charo se apropió con entusiasmo y respeto. Luego, la muy esperada e inoxidable “Yo no lloro más” que produjo el canto a los gritos de todo el teatro. El concierto lo cerró solo Mimi Maura con “Todos los días de sol” y un par de bises: “Amor por ti” para el final. Por más que lo hayan dado todo, quedó el deseo de seguir disfrutando un poco más de éstas dos voces juntas. Incluso el concierto lo deberían haber culminado a dúo. Aún así es innegable el talento y la energía que se desplegó convirtiendo su música en una suerte de alabanza para el escenario.
Lucas Rivero
FOTOS: Ph Matías Emanuel