Santiago Motorizado vivió su ‘amor de verano’ con Rosario

El artista se presentó en el C.C.Güemes con una propuesta ingeniosa, genuina y sin afán de grandilocuencia. Durante una hora y cuarenta recorrió sus diferentes formaciones y su perlas solistas.

Pétalos de rosa sobre los parlantes, luces tenues, movimiento constante, gritos adolescentes y cánticos maduros, pogo en formato acústico y el costado más sano de la mística de un show que rehuye al concepto del rock estandard, pero que recupera buena parte de su esencia. En el marco del festival que se apropió de los jueves de Rosario dejando una marca, ‘Amor de verano’ puso todo al servicio de un público que sabe cuándo acompañar desde el silencio y en qué momento soltar la euforia. Pasadas las 22:10 y precedido por un notable y sólido show de Lucky Rivers, esos ríos de abundancia desembocaron en Santiago Motorizado. En el órden de lo insólito, con el escenario en rojo y el sopor del humo, desde las tinieblas entró el artista con la primera estrofa de “Rebelde”, balada adolescente de Janette, una equivalente a María Becerra pero en los años setenta. Versión remozada y resumida para llegar a la explosión punk de “Tanto tonto” junto a sus cuatro músicos. Con aires texanos y un guiño sutil al blue grass, “El pastor me dio su mano”, creó atmósfera ya instalada.

Solo con su guitarra, Santiago interpretó luego “La noche eterna”, con la sabiduría de que ‘el cosmos nos cuida a todos por igual’. De regreso con la banda y atento al sonido para que la experiencia de su show suene prolija y disfurtable, sonó “El último sereno”, de Él Mató a un Policía Motorizado, seguida por “Jardín chico” de 107 Faunos, otra de sus “bandas favoritas”. Un concierto solista muchas veces da piedra libre y carta blanca para que el artista se dé todos los lujos a la hora de armar el setlist. Así sonaron varios temas de la banda sonora de la serie Okupas, ganador del Gardel. La zamba “Muchacha de los ojos negros”, el vals “La juventud” y “Polvo de estrellas”, hicieron gala a ‘Una casa, cuatro amigos y un perro’. Reticente a las estructuras de lo tradicional, no se sabía si era un show en formato eléctrico o acústico, ni se distinguía al detalle los rostros de quienes estaban en el escenario en penumbras. Esa incertidumbre fue más que bienvenida. De Las ligas menores sonó “Europa” y otras como “Mil derrotas”. Con alusiones a la génesis del rock argentino se escuchó el Lado B “Anti – El Oso”, y en su costado más cinéfilo interpretaron “Pienso en vos” y “Amor en el cine”.

“El tesoro”, mega hit de Él Mató por antonomasia, fue revivida en soledad y de manera sublime y extendida. La más cantada del show. Así continuó lo que quedaba de la noche, a solas con Rosario. “Alguien como yo”, la nostálgica “Yoni B”, alguna más desgarradora como “Diamante roto”, se oyeron rugir de la voz de Santiago Motorizado. Recordados e inoxidables temas de ‘La síntesis O’Cconnor’ fueron revisitados con los matices del leit motiv del show. “El mundo extraño”, “Chica de oro” y “Destrucción” y “Ahora imagino cosas” lograron igualar la versión original. Lo misma fórmula se repitió con “El número mágico” y “Medalla de oro”, de ‘Súper Terror’. Siempre viene bien algún tema ‘random’ que de manera implícita homenajea a los más fanáticos, “El Perro” cumplió con ese aditamento. Los bises no se hicieron esperar mucho. En compañía con su tecladista, tocaron la esperada versión de “No podrás”, tema con el que la generación más reciente está entrando en contacto con el artista. Para concluir de forma acertada y con pogo encendido, “Mi próximo movimiento”. Santiago Motorizado no pretende ser complaciente, ni políticamente correcto; es el artista que propone y se compromete para que la experiencia en vivo alcance otras dimensiones.

 

Lucas Rivero

FOTOS: @constanzadutra.ph