Se lanzó Comunidad de Ideas, una invitación a pensar, reflexionar y construir propuestas
Marina Dal Poggetto y Pablo Touzón abrieron el ciclo que se desarrollará hasta noviembre con el primer tema: la política. “Fin de época, crisis transversal y necesidad de acuerdos que generen un horizonte de gobernabilidad”, fueron las definiciones más concluyentes. También la paradoja de que “el mundo demanda lo que Argentina sabe hacer” y el desafío de “encontrar la manera de insertarnos” en ese contexto
Con la participación de Marina Dal Poggetto y Pablo Touzón se abrió este viernes, en el Teatro Fundación de Rosario, el ciclo denominado “Comunidad de Ideas”, un espacio abierto y horizontal, que realizará actividades en Rosario, Santa Fe y Buenos Aires, en las que se podrán escuchar las voces de invitados especiales para pensar desde distintas disciplinas y sectores las formas de hacer y abordar cinco cuestiones específicas: la política, el ambiente, la seguridad, la igualdad y el desarrollo económico. El objetivo es reflexionar y construir propuestas superadoras sobre estas temáticas centrales que atraviesan a la sociedad.
Participan de la organización instituciones locales, provinciales y nacionales como La Usina Social (Rosario), Demos (Santa Fe), Los Molinos (San Jorge), Centro de Estudios Regionales (Capitán Bermúdez), Centro de Políticas Públicas (Villa Constitución), Demos (Suardi), Compromiso (Sunchales), Cemupro (Buenos Aires) y la Fundación Estévez Boero.
En el primer encuentro los disertantes abordaron la situación actual de la política, afectada por la crisis de representación y el ascenso de posiciones antisistema, entre otros aspectos.
Touzón, politólogo recibido en UBA y actual coeditor de Panamá Revista, comenzó por hablar de “un fin de época en una sociedad rota por la pandemia, una crisis transversal que demanda creatividad, que no se resuelve con más de la misma época”. En ese contexto, señaló la presencia de “un viento de cola que juega a favor de la Argentina que, de todas maneras, puede volver a chocar si no resuelve su ordenamiento político. En los años 2000, sostuvo, no fue solo el boom económico lo que resolvió la crisis”.
A su turno, Dal Poggetto coincidió: “El problema es político. No importa cuánto valga la soja, seguimos sin resolver el tema de la restricción externa y, por lo tanto, siempre nos quedamos sin dólares. En este momento, estamos perdiendo la oportunidad que plantea la guerra en Ucrania y la suba de precios que provoca”.
La reconocida economista, que co-dirigió el Estudio Bein y actualmente es la titular de Eco Go Consultores, agregó: “Multiplicamos la cosecha por cuatro. En 2001 la soja estaba a 250 dólares; ayer llegó a 650. Hoy el problema no es el proteccionismo europeo. Además, está la minería, está Vaca Muerta, tenemos posibilidades de exportar y seguimos discutiendo lo mismo. Obviamente el problema es político y solo estamos discutiendo el corto plazo, las próximas elecciones”.
Ambos especialistas pusieron énfasis en la necesidad de “mecanismos de construcción política que permitan salir de la crisis y del cortoplacismo” y recordaron la instancia de articulación política que se dio en 2002, puntualmente entre Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín.
“Hoy solo hay una hipótesis electoral pero no se vislumbra un principio de resolución de la crisis, ni siquiera dentro del oficialismo; es como si la crisis fuera un estado de situación permanente. Eso deslegitima aún más la política”, advirtió Touzón.
“Hay proyectos de poder pero no de país”, opinó Dal Poggetto, y afirmó que “sin acuerdo político, nadie puede tomar decisiones para generar un horizonte de gobernabilidad que permita superar el ciclo de crisis que se repiten”.
Claro que además de racionalidad política, la economista reclamó racionalidad económica: “La salida es aumentar la productividad, pero tanto en el sector privado como en el público. No podemos seguir negando la restricción presupuestaria que tenemos, ni la necesidad de discutir una reforma laboral, una reforma previsional, el “modelo Tierra del Fuego” de producción cuando tenemos una empresa como Bioceres. De hecho, Santa Fe tiene una enorme cantidad de sectores dinámicos. El mundo demanda lo que Argentina sabe hacer; tenemos que encontrar la manera de insertarnos”, concluyó.