Tras rumores de separación Miranda llevó a Rosario al cosmos

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Flashes, exhuberancia, dramatismo y strass. La invasión electropop del dúo abdujo al Anfiteatro con su concierto más ambicioso.

Por Lucas Rivero 

El Nuevo Hotel Miranda alcanzó su punto más expansivo, tanto en el setlist como en el despliegue escénico. El dúo aterrizó con una fiesta electropop sin precedentes durante dos noches consecutivas en el mítico recinto del Parque Urquiza. Poco más de una hora y cincuenta fueron suficientes para sintetizar decenas de hits en una calculada fusión con las más recientes. Unas treinta canciones quirúrgicamente distribuidas en un melodrama musical que mixtura lo kitsch con la ciencia ficción, nos mostró al dúo con una mayor conexión, dotados de meticulosa precisión y profesionalismo, y retroalimentándose de la energía insaciable del público rosarino. El leit motiv conceptual de éste nuevo espectáculo del Hotel Miranda propone un recorrido que trasciende la materia hacia una fauna intergaláctica, y nada parece más acertado ya que las voces de Ale Sergi y Juliana Gattas son de otra dimensión, mérito mayor al sostener el registro durante más de veinte años y sin autotune. La presencia escénica, el porte y el charm son una parte crucial que interactúa con los dancers en una puesta sin desperdicio y enfocada libidinosamente en el baile.

 Los platos voladores sobre la inmensa pantalla que acaparaba cada extremo del escenario, por cuestiones de espacio mucho más austero que el del estadio Ferro, dio inicio al relato desatando la euforia de los miles de rosarinos que colmaron el Anfiteatro. Si bien el público de Miranda puede bosquejar una franja etérea entre los 15 y los 30, lo cierto es que un crisol generacional se encontró ambas noches, desde niños hasta parejas de más de 50 años. Lo sonoro dialoga con la indumentaria y toda la parafernalia estética, así fue que todas las miradas se concitaron en los looks del dúo, de los más extravagantes de sus giras. “Ritmo y decepción” marcó el inicio del show, lueciendo hombreras a lunares, asimétricas y sobresalientes. Los bailarines interplanetarios acompañaron con una performance felina en “Siempre que lo beso”, seguida por la celebrada “Dice lo que siente”. La energía fue menguando estratégicamente en temas lentos como “Extraño” y “Uno los dos”, en featuring con Emilia Mernes en las pantallas laterales. Interludios concisos para evitar mesetas coadyuvaron a los constantes cambios de vestuario. Una suerte de astronauta se cruzó con una espectral figura plateada de máscara roja, dando paso a una tormenta a la que el dueto ingresó con paraguas de strass y sobretodo negro.

 “Triste”, “Me gusta”, “Hace rato” y “Ese hombre”, respondieron al leit motiv del nuevo álbum, con el Ruso Sujatovich, Tini, Niky Nicole y Abraham Mateo en pantallas. En contraste con lo más reciente, regalaron un tema de su atesorado primer disco. “Tu juego” hizo cantar a algunos fans de antaño ya que era desconocida para muchos. Tras el miriñaque, los tonos violetas y rojizos tomaron protagonismo para hacer delirar al público con hits de la talla de “743”, “Lo que siento por ti”, “Por amar al amor”, y las inoxidables “Perfecta”, “Prisionero” y “Hola”, precediendo uno de los momentos más destacados de Juliana Gattas en “Puro talento”. La parte lunar fue más despojada, desde el fondo y a los alto del escenario de fondo estrellado, se elevaron con “Plutón” y la recordada “Casualidad”, en la que la cantante sacó a relucir toda su capacidad vocal con guiños operísticos, como nunca antes se la vio. Acto seguido, los bailarines acapararon la escena con la melodía de “El profe”, ‘mal añejada’ según el propio Sergi, pero resignificada para uno de los interludios más poderosos de la noche.

 “Mejor que vos” y “Yo te diré”, otorgaron un guiño directo a Lali, seguidas de “Me gustas tanto” y “Traición”, del disco ‘Sin restricciones’, que (aunque queramos negarlo) está próximo a cumplir veinte años. De plateado fulgurante como astronautas glammers, Sergi y Gattas regresaron para los clásicos del final: “Ya lo sabía”, “Mentía”, “Fantasmas” y “Enamorada”, atemporales y con un contagioso brío pop. A la hora de los bises, de look blanco impoluto con detalles perlados, se escucharon “Tu misterioso alguien” gozando su rebrote de popularidad, y “Don”, que los catapultó a la fama internacional. Entre llamaradas de humo y una lluvia de papeles blancos, el ‘dúo pop melodramático’ se despidió de Rosario abrazados en una merecida y prolongada ovación.

 No hay quien no sepa al menos seis temas de Miranda, ni quien no reconozca su impronta en la música popular. Hace más de veinte años, muchos detractores los reducían como música para un nicho de mujeres y la comunidad gay. Hoy día continúan en vigencia, disipando prejuicios e invitado a todo tipo de público a un despegue a la fauna espacial sin fecha de aterrizaje. Tampoco de separación, tal vez un break razonable para explorar otras galaxias y encontrarse en un nuevo big bang electropop.

FOTOS: Ph Diego de Bruno (@diegodebruno)