Con las infancias como eje, comienza el fin de semana de la FILROS 2022

El encuentro que culminará el 18 de septiembre, tras 11 días de programación, tiene distintos paneles con miradas diversas e integradoras, charlas, espacios de lecturas, entre otras actividades

El viernes 16 la Feria del Libro Rosario tomó un vuelo particular, ese halo que solo se imprime cuando las palabras y las infancias se asocian. Todos estos días, miles de chicos y chicas recorrieron la explanada del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, caminaron los pasillos acompañados de sus docentes o familias, participaron de algún debate y abrieron mundos mágicos al explorar algún libro.

Las infancias necesitan de adultos y adultas que acompañen el vuelo, lo respeten y sean de un corazón generoso para dejar las alas libres. Las charlas de la jornada del viernes, alimentaron el juego, posibilitaron la creación y la fantasía sin limitaciones.

La tarde se convirtió en noche pero no en términos de oscuridad sino en esa vigilia previa al sueño, luminosa, esa que admite cuentos e historias para viajar cerca o lejos.

Escenas para atesorar

 

Uno de los abrazos narrativos de la jornada de viernes fue la apertura del Encuentro de Narradores que se inscribe dentro del Plan Ciudadano de Lecturas. Al principio hubo espacio cálido para escuchar a Gricelda Rinaldi, actriz, narradora oral, docente y especialista en educación por el arte en la primera infancia.

El cierre estuvo dedicado a rendir un homenaje a Mónica Alfonso, maestra normal, narradora, actriz y ciudadana ilustre de Rosario.

“De emociones y de infancias. Escenas para atesorar” fue el nombre de la charla y cada persona presente, pudo llevarse su suvenir hecho de momentos y mimos al alma.

Gricelda Rinaldi comenzó diciendo que los narradores saben que lo que no se nombra no existe, por eso, pone cada cosa en su lugar pero también enseña abrir la puerta para ir a jugar. Cuenta, a un público atento, con miradas de infancias, sobre su propio recorrido en su tierra natal, su voz de niña y experiencia de adulta. Parafrasea a Machado y dice que “solo recordamos la emoción de la cosas”: Escena 1: Gricelda con 5 años. Escena 2: 6 años. En ese recorrido cronológico con algunas líneas temporales, marca pequeños hitos para el ojo poco entrenado: su primera poesía, los dichos de su maestra de primaria, la visita a la casa de sus abuelos, sentirse Rita Pavone.

“Difícil evocar lo que siempre estuvo”, dice Gricelda y se pregunta, lo hace extensivo al auditorio, si esos encuentros fundantes con las palabras les están sucediendo a niños y niñas en este presente y hace énfasis en que se debe garantizar que eso pase y que, además transmitan poesía, belleza: “Que se abran las puertas a esos mundos donde todo es posible. Para tener historias hay que tener un poco la cabeza en las nubes, la ternura en la piel y la emoción intacta”, afirmó Gricelda entre notas musicales y una voz de arrullo.

Esa atmósfera de olor a torta en el horno y calidez, se intensificó aun más con el reconocimiento a Mónica Alfonso, que poco le importa su currículum pero se emociona ante el cariño de la gente que la recibe y aplaude: “Esto es como un sueño y más aún que haya sucedido ahora”, expresó Mónica y agregó que lo primero que aprendió en su vida, fue a subirse arriba de una silla y decir versos esperando que alguien se enamorara de las palabras. En su recorrido fue correspondida, por eso fue la creadora de, entre otras tantas cosas, “La hora del cuento” en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez de la ciudad de Rosario.

“No hay lugar como la casa de uno”, dice la narradora y se va en descripciones maravillosas sobre ese hogar y las sensaciones que trasmite.

Tras un intenso viaje de aromas, texturas, colores, sabores  y emociones varias, trae al auditorio que lleva su nombre, a Angélica Gorodischer  y la cita: “Las narradores nunca se equivocan”.

El camino lector en las infancias

 

Si en la ciudad de Rosario se habla y se hace por y para las infancias, es en gran parte por María de los Ángeles Chiqui González. Abogada, dramaturga. Fue secretaria de Cultura y Educación, Ministra de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe en tres oportunidades. Creadora del Tríptico de la Infancia y el de la  Imaginación.

La Chiqui, más allá de todo su trabajo y trayectoria, es un personaje entrañable del territorio santafesino y sus modos de narrar, conservan la frescura de una niña.

“Los adultos tenemos dos misterios y a veces dos condenas: lo primero es que vamos a morir y lo segundo es que olvidamos los primeros años de vida y ahí está el mandato de la especie” afirma la ex ministra y continúa diciendo que si no los hubiéramos olvidado quizás otro sería el presente del planeta.

Habla del acto de riesgo que implica nacer y morir, del deseo metafórico de ser pájaros y del genuino disfrute del tiempo presente, muy diferente a lo que impone desde los sistemas de consumos.

“Acción, transformación y si le quieren poner revolución, también, las infancias traen esa impronta y saben que en el movimiento y cambio van a encontrar place. Niños y niñas no traen una lógica formal”, argumenta Chiqui y lo grafica con la respuesta de un niño, llamado Felipe al que le preguntó si era feliz y él le respondió: “Si, soy Feli – pe”.

Otro de los ítems de la noche que “nadie juega solo”, siempre hay alguien que acompaña: persona adulta, otros chicos y chicas, amigo o amiga imaginaria, objetos que son parte de ese proceso lúdico.

“El niño cree en absurdos, monta esa realidad sobra otra ¿Por qué la especie no lo hizo? Algo que hace eso es la lectura. Cada libro es una realidad y el niño hace un viaje”, describe Chiqui y agrega que en este proceso hay fusión entre imagen y palabra.

El tiempo se detiene pero al mismo tiempo Chiqui está atenta al reloj, sabe de su talento para transmitir ideas y no quiere pasarse de horario. Vuelve a la conversación, retoma la idea desde el punto justo donde la había dejado, la da vuelta, va, vuelve, gira en círculos y salta mandatos y paradigmas.

“Entenderíamos más de la otredad si recordáramos los primeros años de vida” argumenta Chiqui y habla de ese reconocimiento inicial en el espejo.

Otra de las palabras que pisa fuerte en la charla es “símbolo” y quien viene a explicarlas en el discurso es el escritor y pedagogo Gianni Rodari que alguna vez dijo: «me parece un buen lema, de bello sonido democrático. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo».

La ex ministra toma este párrafo escrito en el prólogo de Gramática de la Fantasía para significar cómo la lectura facilita la simbolización y fortalece la igualdad: “No es un proyecto de explicación del mundo sino un programa de acción con, para y sobre el mundo ¿Ustedes que piensan? Que la vida devenga en literatura o la presionás para que la vida entre ahí”, lanza el interrogante Chiqui dejando más que clara la respuesta y explica que esta especie, a diferencias de otras, tiene la capacidad de proyectar e imaginar.