Rosario Smowing presentó su nuevo álbum en el C.C.Güemes

Energía desmedida y innegable entrega, demostró la banda de casi diez músicos con brindó un concierto vibrante, en el que conquistaron a su público y logrando lo que pocas veces se ve.

“Damas, Caballeros y personas: Rosario Smowing está en el salón”, soltó su frontman antes del primer acorde. El Centro Cultural Güemes se fue llenando de a poco con gran expectativa y entusiasmo, a sabiendas por la gran mayoría de que los shows de una de los grupos musicales más iconicos que ha dado la ciudad, son impredecibles. Rosario Smowing corre con la ventaja de ser reticente al concepto de ‘hit’, lo cual los libera de karmas y ataduras a la hora de escoger el repertorio. Con distensión absoluta y rienda suelta a la creatividad, todo el ingenio fue plasmado en escena, en una atmósfera sonora que envolvió a todo el público en combinaciones poco habituales durante más de una hora y cincuenta.

De punta en blanco y con autoridad reverencial en el escenario, Diego ‘El Viejo’, mítico líder y performer del grupo por antomasia, esgrimió con histrionismo los primeros temas del últimos disco. La orquesta de vientos sonó amalgamada y en escala ascendente como un huracán construyendo el alma de cada tema. Es crucial destacar la destreza musical de cada uno de los integrantes, la cantidad de ensayo y profesionalismo necesario para lograr un show de éste tipo. Entre canciones recientes y algunas de antaño cumplieron con la promesa inicial anunciada por su cantante “Vamos a cantarle canciones de colores”. Así sonaron “Oro y plata”, “Hola amigo”, “Serena” y varias más del Volumen 5 para llegar a uno de los momentos más movilizantes del show. Con el pañuelo azul de las Madres de Plaza de Mayo en el micrófono principal, Diego Casanova dio introducción a una aplaudida versión de Himno Nacional al estilo Smowing.

La rock bigband concitó las luces en los de ‘Cuando pase todo ésto’, su más reciente álbum, sobre el cual ironizaron por contrapartida: “Ésto no va a pasar nunca”. Con cambio de vertuario apostando a un traje sastre negro, el cantante regresó al escenario luego de un arrollador instrumental para continuar con temas como “1980” y el tango “Peludo Viejo”. Entre memorias de la Plaza Pringles más tarde se lució la flauta traversa en “La flor del Irupé”. También hubo temas inéditos adelantándose al Volumen 6 que se encuentra en armado. “Llueve” puso el ritmo de antesala a la recordada “Ave de paso” del inmortal Sandro. Palpitando el final del show en tono aún más festivo, hizo lo suyo “No te prometo na’”. El regreso al escenario fue con tres temas más al hilo y la euforia llegando a su pináculo. Diego Casanova soltó con convicción en varios momentos: “No se olviden que la calle es nuestra”.  En el show quedó claro que los escenarios también.

Lucas Rivero

FOTOS: Ph Pablo Araoz