Una nena de 13 años terminó intoxicada con alcohol y marihuana en una clandestina

Una menor terminó intoxicada tras consumir drogas y alcohol en una fiesta clandestina en la ciudad de Añatuya. No se descarta la apertura de una causa por “convite de drogas”

Una menor de 13 años apareció intoxicada con bebidas blancas y un “porro” en Añatuya, Sucedió en una fiesta clandestina realizada en un tinglado y convocada por mensajes de whatsapp Google Maps.

Según la causa de la fiscal Alejandra Sobrero, el sábado a la noche y domingo de madrugada al menos 400 adolescentes disfrutaron de la música. Sus anfitriones e impulsores fueron dos hombres que trabajan en boliches legalmente habilitados.

Entre luces multicolores y cervezas, un adulto invitó a la jovencita un vaso con un trago blanco y un “porro”. En menos de diez minutos, la víctima se desplomó y fue retirada a la vereda. Hasta allí acudieron dos primas, de 14 y 17 años. Al verla casi inconsciente, la subieron a un remís y la acompañaron hasta su casa. Su madre la recibió y la ayudó a recostarse.

Sin perder tiempo, las primas corrieron hasta la Seccional 41 e informaron sobre lo ocurrido. El personal alertó a la Justicia y en menos de 30 minutos, dos uniformados golpearon a la puerta de la casa y descubrieron a la menor tendida en su cama, con claros indicios de intoxicación.

Con la misma rapidez, la fiscal Sobrero puso manos a la obra. Interiorizada, supo que la fiesta congregó a casi 400 jóvenes en un tinglado del barrio Rosso, en el sector sur de la ciudad de Añatuya.

Con idéntico ímpetu, la jueza de Control y Garantías, Ana María González Ruiz, refrendó una orden de allanamiento. Los policías coparon el tinglado, secuestraron un equipo de música, hallaron botellas y colillas con restos “porros”, se supo.

Las secuelas inmediatas

Ahora, la fiesta clandestina representa un polvorín, con efectos multiplicadores porque carecía de habilitación, cero personal policial y los adolescentes habrían quedado expuestos a todo tipo de excesos.

Reconvertido el escándalo en prioridad, la fiscal escuchará hoy a las adolescentes en Cámara Gesell y nadie descarta que el haber sido invitada la víctima con un “porro“, desemboque hasta en una causa por drogas, cuyos impulsores ya habrían sido identificados con nombre, apellido y hasta apodos.

Ese detalle quitaba el sueño anoche a los adultos y hasta comerciantes que hicieron la diferencia económica con cervezas, gaseosas y bebidas blancas, temerosos de que las secuelas los empuje directo hacia la comisaría y Fiscalía, sin escalas o abogados mediante.