Duki cuidó a su público y detonó Rosario

Euforia juvenil, voracidad y éxtasis. Todo atravesado al unísono con el sonido de uno de los pioneros y referentes del trap a lo largo de casi una hora y media de show. La noche tomó otro rumbo debido a los desmayos de la gente agolpada cerca del escenario, pero el desenlace no fue opacado y finamente ganó la música

Metropolitano estaba colmado de punta a punta por un público eufórico y ansioso por ver en vivo a Duki. El artista se encuentra en su apogeo, y luego de llenar cinco estadios de Vélez (tres agotados) y realizar una gira Sold out por Europa, repitió la fórmula en Rosario. Apenas pasadas las 21, el artista irrumpió en escena con la primera parte de “Hello Cotto”, precediendo en primer mensaje de gratitud. “A esas personas con las que no nos vemos hace mucho tiempo, un beso y un abrazo, y a los que es la primera vez que nos vemos, es un placer y gracias por estar acá, gracias por formar parte, esto es el maldito modo diablo y suena así”, dando lugar a “Tumbando el club”, de Neo Pistea.

 

La primer interrupción de la noche sucedió con éste segundo tema. El público se apelmazaba lo más cerca posible del escenario siendo que el recinto contaba con espacio suficiente. El calor que producía sofoco y el pogo salvaje produjo que muchos se desvanecieran en el inicio del show. Duki fue cuidadoso y responsable protegiendo a su público, lejos de ser indiferente como si lo han sido en su momento varios artistas internacionales. El operativo de seguridad fue impecable y estuvo alerta en todo momento. Varias botellas de agua volaban para propiciar hidratación y las salidas de emergencia estaban abiertas y con la luz señalada. Duki tuvo que detener unas cinco o seis veces las canciones para pedir que socorran y retiren a las personas desmayadas, hasta que en un momento se mostró determinante: “Si están todos sintiéndose mal no voy a continuar con el show”.

La responsabilidad del artista a la hora de priorizar el bienestar de su gente fue muy loable, y la colaboración misma del público también necesaria. El clima de tensión se fue disipando en lo extenso del show donde sonaron temas como “Pininfarina”, “Hablamos mañana” y “Bottas”, todos y cada uno cantados a los gritos. Lo mismo sucedió con “Top 5”, “Marisola” y la desgarradora “Antes de perderte”

“Muchas gracias por el amor”, exclamó Duki de la forma más sentida regalando una versión acústica y emotiva de “Ticket”, el momento más movilizante de la noche. La potencia se elevó con “Bzrp music sessions vol. 50” y el final del show comenzó a palpitarse con “Además de mi”, “Goteo” y “Malbec”. La escenografía que lucia un espiral de luces en su parte alta y una inmensa pantalla leds de fondo se lució aún más en éstos temas.

La muy esperada “Givency” y “She Don’t Give a Fo” fueron definitivamente el punto culmine de una noche que pudo haber sido polémica y, sin embargo, fue histórica. Cómo afirma en la canción con Bizarrap: ‘Empezamos tocando pa’ 30 personas y ahora te llenamo’ un estadio’. La energía desatada en Metropolitano demostró el por qué.

Lucas Rivero

FOTOS: Ph Diego de Bruno