La historia viva de Pink Floyd se presentó en Rosario

Para ApuraInfo, Lucas Rivero

Durga McBroom, emblemática corista de Pink Floyd y unas de las mejores voces del planeta, se presentó junto a la banda tributo más reconocida en latinoamérica de dicho conjunto. Cada butaca del teatro El Círculo estaba ocupada por espectadores que celebraron cada uno de los temas en casi dos horas y media de concierto, el cual transcurrió de manera fugaz con excelencia y vigor

Cerca de las 21 y cuarto, hizo su aparición The End, que con un par de décadas de trayectoria encima, es considerado el mejor tributo a Pink Floyd. Con más de 10 músicos en escena sonaron los primeros acordes tronadores de “In the flesh”, seguido por “Happiest days of our lives” y “Another brick in the wall II”, cantada a los gritos por el público rosarino. Las primeras joyas de The Wall no están mal para empezar de la forma correcta.

En el estribillo de “Mother” sucedió el momento más esperado. En el escenario naranja y entre tinieblas apareció Durga McBroom recibida por una ovación respetuosa, lo mínimo que merece alguien que demuestra semejante talento, potencia y trayectoria, ya que no cualquiera forma parte de la historia de una de las bandas más importantes que hayan existido.

“Learning to fly” sonó para amenizar dando paso al regreso de Durga para desplegar nuevamente su energía vocal en “Poles Apart” y “Nobody Home”, seguida de una estruendosa y pujante interpretación de “What do you want”. En una extensa versión sonó “Shine on you crazy diamond”, ejecutada de manera magistral como lo amerita éste clásico que Pink Floyd le dedicó a Sid Barret.

The Dark Side Of the Moon, es de los infaltables, tanto en el repertorio de The End como en la historia universal de la música contemporánea. Se hicieron escuchar “Time” y “Breathe” con el vigor que amerita, dando paso a uno de los puntos más elevados del show. “The great gig in the sky” fue verdaderamente sublime. Las dos coristas de la banda se lucieron al unísono con Durga McBroom, quien en la versatilidad de su voz para llegar a tonos tan agudos demostró por qué llegó a compartir el escenario con figuras como David Gilmour, y estudios de grabación también con Roger Waters y todo Pink Floyd. Lograron una versión espeluznante.

“Money” fue otra de las más celebradas por el público rosarino para luego dar paso a la sensual “Young lust”, de The Wall, elevando la distorsión de las guitarras en una de los momentos más rockers de la noche. Menguando la energía y cambiando el ritmo luego sonó “High hopes”, previo a otro de los momentos más emotivos. “Wish you were here” fue la más contada por todo el teatro, con las luces de los celulares de un lado a otro se logró una atmósfera íntima repleta de emoción y nostalgia.

Durga McBroom continuó apoderándose de la escena con “Coming back to life”, de la misma forma que también lució su voz en los conciertos de Pulse con Pink Floyd. Y aproximándose el final interpretaron “Brain damage” y “Eclipse”, las últimas de The Dark Side Of the Moon, seguida de “Confortably numb” en la que el solo de guitarra produjo los mismos escalofríos que la versión original y el grito de la cantante en el último acorde marcaron un cierre que trascendía todo lo anterior.

El público rosarino soltó una ovación tan bien recibida que la artista retornó a escena junto a The End para interpretar dos temas más. “Astornomy Domine”, primer tema del álbum debut de Pink Floyd escrita por Syd Barret, artista de culto siempre bien reivindicado; y un final arrollador con “Run like hell”, con público de pie bailando una de las más conocidas de The Wall.

The End está la altura de las exigencias que implica reversionar las canciones de una banda tan emblemática, con sumo respeto y de manera impecable. Y Durga McBroom es definitivamente una de las mejores voces que hayan pisado la ciudad en los últimos tiempos. No fue necesaria ninguna escenografía ostentosa ni efectos especiales, ni cerdos volando o aviones que sobrevuelen el público, la destreza musical de éstos aristas es suficiente para un buen homenaje a Pink Floyd, ésta vez con una parte de su historia viviente en escena.