ZAZ generó fascinación en su regreso a Rosario

La artista francesa volvió a Rosario demostrando por qué es una de las figuras más convocantes de la canción europea a nivel mundial. En Metropolitano brindó un espectáculo maravilloso, desde un talento indiscutible  conjugado con humildad y entrega absoluta. Durante una hora y cuarenta y cinco minutos sacudió a las miles de rosarinos que la aclamaron.

ZAZ regresó a la ciudad luego de ocho años y por tercera vez manteniendo su esencia y encanto, y maximizando solidez y profesionalismo. El “Organique Tour” estuvo trazado por una puesta impecable, algo más austera que otras veces pero no menos deslumbrante. En la era de las pantallas Led, los efectos especiales prefabricados, el autotune y la estandarización, resulta un bálsamo que una artista proponga algo diferente e impredecible. A las 21:25 comenzaron a sonar los primeros trazos melódicos de  “Les jours heureux”, de su último disco Isa. Se oía la voz de ZAZ que se encontraba agazapada entre la gente para luego irrumpir entre el público recibida con ovación. Correteaba de un lado a otro por los diferentes sectores saludando a sus fans mientras cantaba el primer tema. Bien fidelizado el concepto de lo “orgánico” que plantea el show, estableciendo una conexión inicial mas cercana con su gente antes de subir al escenario. Desde el suelo a la escena. Muy bien acompañada por cinco dóciles músicos que demostraron proeza en sus instrumentos y con el detalle visible de una escalera central al borde del escenario hacia el público.

“Imagine”, hit del último álbum, invito a bailar al público que se puso de pie en más de una ocasión. Son cinco elementos los que trazan la columna vertebral del show: “La tierra, el agua, el fuego, el aire y nosotros”, describió la artista en español. “Me encantan los actos simbólicos porque convierten lo invisible en visible”, agregó e introdujo en un llamado “por la paz” en “Si Jamais Joublie” una de las canciones más abrazadas por los admiradores. Todos de pie nuevamente bailaron “Qué vendrá”, seguida por “De couleurs vives” y “Ma Valse”, todas de sus últimos discos.

Uno tras otros sonaron los primeros éxitos de la artista que con total histrionismo, y entrega convocó la participación enérgica del público. ZAZ cantó “Les passants”, “Come Ci-Come Ça”, el remozado clásico “Paris será tojours Paris” y “Laissez-moi”. Telón de fondo caído se dejó lucir la escenografía con otro esplendor en una suerte de manto estelar con pequeñas luces. Así la artista mostró su costado más rockero con “On s’en remet jamais”. La potencia y versatilidad de su voz iba creciendo, pudiendo improvisar y crear sonidos impactantes. “La fèe” fue uno de esos momentos, logrando con su vuelo vocal diferentes instrumentos. Para amenizar, sonó la profunda “Tout là-haut” seguida por uno de los momentos más significativos de la noche. La cantante homenajeó a Armando Manzanero y a toda la lengua española con una versión sublime de “Ésta tarde vi llover”.

Fiel a sus raíces y a su génesis, interpretó la visceral “Dans Ma rue” de la inmortal Edit Piaf. Luego de la reciente “Serendipia”, lució su garganta en una acertada reversión de “Eblouie par la nouit”. El primer final del show estuvo a cargo de algunos de sus dos temas más conocidos: “On Ira” y la inflatable “Je veux” que produjo algo insólito, ya que es impensado imaginar a miles de rosarinos cantando en francés al unísono. ZAZ lo logró.

La artista regresó al escenario para una emotiva versión de “Chant des grives” y el último regalo desde sus entrañas: “La vie en rose”, aggiornada a su estilo en un cierre de primer nivel. Con la bandera argentina sobre sus hombros despidió a Rosario eufórica y agradecida. Incluso demoró en irse del escenario ya que dedicó tiempo para saludar a sus fans. Auténtica, prístina y voraz. Una artista consagrada a nivel mundial que continúa siendo la misma cantaba en la calle.

Lucas Rivero

FOTOS: Ph: Diego de Bruno